Un paso adelante.

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Los días transcurrieron y Bruno no paraba de preguntarle a Mirabel si se sentía bien, a ella le causaba gracia y no podía evitar sentir calidez de tanta preocupación, y tampoco podía evitar el hecho de que ahora en vez de olvidar los sentimientos hacia su tío no podrían ser más fuertes.

Las imágenes de como no tuvo una pizca de duda, que era muy común en su forma de ser, a como fieramente le defendió sin importarle las consecuencias.

El incidente de Mirabel pudo haberse convertido en una constante pesadilla, pero, gracias a los actos de Bruno en realidad se volvió como un sueño con esa imagen heroica que dejó en su mente, que hacía crecer los sentimientos hacia su tío, y los llevaba a querer algo… más.
Mirabel se maldecía interiormente cuando despertaba con esa sensación e imagen de él, nuevamente la idea de que deseaba estar junto a él de un modo nada fraternal, la invadía y eso la hacía sentir frustrada, pues sabía lo que Bruno le diría al respecto.

Que tan equivocada podía estar, puesto que desde aquel día, el ojiverde había bajado la guardia casi por completo, aunque no se lo había hecho saber a su sobrina.

Se encontraba rondando la casa, no había salido mucho realmente desde la noche del incidente, la abuela Alma se había encargado de calmar las aguas puesto que la familia de Julian había creado un revuelo. No creían que su “muchacho” fuera capaz de haber intentado tales actos. Toda la familia se sintió realmente humillada, y tomó la decisión de dejar el Encanto.
Julieta y Agustin consideraron que era mejor que Mirabel se quedará en Casita hasta que los Gutierrez cumplieran lo de marcharse, no querían que corriera más peligro, y Bruno no podía estar más de acuerdo.

Así que, todos salían a hacer sus deberes y ella se quedaba, uno pensaría que se aburría, pero siendo el menos solicitado y honestamente el menos querido en el pueblo Bruno nunca tardaba nada en volver a la residencia.
Y ambos aprovechaban el tiempo al máximo. Las ratas iban a exigir comida extra luego de tanto que las hacían actuar.

La distancia que Bruno había mantenido por meses cuando Mirabel estaba en su “misión” de encontrar al indicado y vivir su vida, se había ido por un tubo luego del incidente. Y ella comenzaba a notarlo poco a poco. Bruno no se negaba a ninguna de sus peticiones, e incluso una tarde casi quemando a Casita que repelo molesta, se dispuso a hacerle de cenar. No salió muy bien pero Mirabel aun así disfruto verlo lleno de toda clase de ingredientes, al igual que varias de sus ratitas.

Había pasado casi el mes, y al parecer los Gutierrez finalmente se habían marchado. Claro trataron de causar una revolución en el pueblo según les había contado Dolores, pero como los Ramirez escucharon casi todo el escándalo detrás de su casa, no tuvieron ningún apoyo del resto de la gente que de por si quería mucho a la familia Madrigal como era obvio.

Julieta y Agustin estaban planeando una gran fiesta sorpresa, después de todo estaban a una semana del cumpleaños número 18 de Mirabel.

Los nervios comían a Bruno sabiendo que Mirabel seguramente pronto le pediría que hiciera uso de su don, tal como había prometido. Y después de lo que estaba por pasar, él mismo querría saber las consecuencias de sus actos.

Estaban en el sofá de la habitación simplemente pasando el rato, Mirabel recargada en su regazo leyendo un libro, mientras Bruno recortaba unos dibujos para pegarlos en un nuevo escenario. Mirabel bajo su libro contra su pecho soltando un suspiro.

—¿Qué pasa?- preguntó sin dejar cortar.

—Nada, es solo que escuche que la abuela quiere ayudarme- dijo con voz de fastidio —Presentando un mejor pretendiente, que ella misma escogió- Bruno bajo las tijeras lentamente, completamente molesto de que su madre nuevamente pretendiera estar metiendo sus narices en las relaciones de sus nietas, y más por tratarse de Mirabel. ¿No había aprendido con Isabela?.
Sin embargo le importaba la opinión de Mirabel, así que no dijo realmente nada esperando que continuara hablando.
—Supongo que es hora de volver a las citas.- comentó buscando la mirada de Bruno.

Una profecía muy peligrosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora