CAPITULO 29

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Ya estaban en la casa y Armando comenzó con la seducción, pero notó que ella no estaba en ese momento con él, por eso respirando fuerte trato de tranquilizarse, no quería que ella se sintiera obligada a corresponderle, por eso la tomo de la mano y la instó a que tomara asiento

A: Ahora me vas a decir que es lo que te tiene preocupada
B: Ya sabes la situación con mi papá cada día se hace más insostenible, no puede entender que ya no soy una niña a la que puede ordenar lo que tiene que hacer
A: Mi amor él solo se preocupa por ti, a lo mejor es un poco exagerado, pero solo quiere tu bienestar
B: No lo dudo, pero no puede pretender que haga todo lo que a él se le ocurra. Además la relación con mi madre también está tambaleando. Mi madre me dice que si me voy de la casa, ella se viene conmigo, pero tampoco la puedo hacer elegir entre él o yo
A: Yo creo que tu madre en parte también esta cansada, de las imposiciones de él, no creo que tú tengas la culpa de ello
B: No sé, pero algo tengo muy claro, tengo que irme de la casa, porque si no, no me dejara tomar las riendas de mi propia vida y la verdad me estoy sintiendo cada día más ahogada allí
A: Amor a mi se me había ocurrido algo, no sé que te pueda parecer la idea
B: ¿Qué se te ocurrió?
A: Pues estaba pensando... que podrías venirte a esta casa, ya sabes que está sola y su tú madre te quiere acompañar por mí no hay problemas
B: ¿De verdad me dejarías quedarme aquí?
A: Por supuesto mi amor, así podrían estar tranquilas y pensar las cosas con más calma. A lo mejor tu padre necesita un escarmiento para que pueda entender que ustedes no le pertenecen sino que forman parte de su vida, como seres independientes a él
B: Puede ser, pero no quiero que mis padres se separen por mí
A: Cielo tu mamá ya es adulta y puede elegir, no le cortes las alas
B: Bien tendría que hablarlo con ella
A: Me parece genial y ahora porque no continuamos con lo que estábamos
B: ¿Con qué? (haciéndose la ingenua)
A: Pues con los besos, con las caricias y que nos amemos un ratito, mira que me has tenido muy abandonadito estos días y yo solo quiero volver a tenerte en mis brazos
B: Jojojo pobrecito que novia más descuidada se busco

Armando cuando la escucho decir que era su novia, se le hincho el pecho. Él pensaba que solo estaban dándose la oportunidad de amarse sin condiciones, sin etiquetas, pero que ella lo asumiera de ese modo lo ponía muy feliz

La acercó aún más a él y le dio el beso más tierno que hubiese dado jamás, quería que ella viera que con él, las cosas iban muy enserio. Ella no se hizo esperar y por respuesta lo beso con pasión, lo necesitaba y no se había dado cuanta cuánto. Las manos ya participaban y acariciaban con lentitud y erotismo a la vez

La tomo en sus fuertes brazos y la llevo a la habitación. Comenzaron a despojarse de la ropa el uno al otro, para quedar a los minutos completamente desnudos. Él no creía que pudiera aguantar mucho, la deseaba y habían sido muchos días sin tenerse, primero porque su padre no la dejaba salir, simplemente al trabajo y después porque había tenido su periodo y eso ya eran dos semanas, mucho tiempo para él

La quiso recostar en la cama, pero ella no se lo permitió. Se coloco a horcadas para comenzar a besar su pecho con suma lentitud, que para él era una deliciosa tortura. Mientras sus manos recorrían su espalda, bajando lentamente hasta posarla en sus nalgas, las cuales apretó con deleite y a la vez que la pegaba a su vientre bajo, haciendo que notara como estaba de excitado

Ella necesitaba sentirlo por eso, se inclinó a besarlo profundamente mientras se acomodada para que él, entrara en su cuerpo lentamente . Ambos acallaron el gemido en la boca del otro. Ella se mantuvo quieta solo sintiéndolo, hasta que él, no aguantando la pasividad de ella, se aferro a sus caderas, comenzando con los movimientos

No se hizo esperar la respuesta de ella, comenzó a cabalgarlo como una experta amazona, mientras con sus manos, se sujetaba fuertemente de sus muslos. Armando tenía una visión perfecta, ella mientras hacía los movimientos, él podía observar como sus pechos se balanceaban, de arriba abajo. Su vientre se contraía y su cabeza hacia atrás y de sus labios salían gemidos cada vez más fuertes

OTRA HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora