OTRA HISTORIA DE AMOR

CAPITULO 57(FINAL)

Todo era un caos hoy se celebraba la boda de Marcela y Nicolás. Habían pasado seis meses desde que ellos habían contraído matrimonio y las cosas habían cambiado mucho. Su luna de miel fue extraordinaria pasaron unos días muy relajados disfrutando de Cartagena ya que habían decidido seguir allí por pedido de ella

Los días fueron de playa, caminatas, recorriendo la cuidad antigua. Las noches eran de cenas, bailes y sobre todo amarse sin descanso, tanto así que después de quince días de playa, estaban volviendo a Bogotá tres. Claro que él se había aplicado mucho en que eso sucediera y ella como siempre le había colaborado encantada, ambos deseaban ser padres y su deseo se había cumplido

La empresa estaba mejor que nunca, eran la número uno en el país y además ya no contaban con la sombra de Daniel ya que este al fin había terminado por vender. Lo otro que había cambiado es que cuando llegaron se encontraron con la noticia que Patricia había renunciado, no sabían porque, pero unos días después la vieron en la revista de sociedad con su tinieblo, claro que no como una novia cualquiera sino por ser la amante de un hombre casado

Claro que había mejorado su situación económica, pero era la comidilla de ese mundo al que tan apegada estaba. También habían sabido que Mario estaba detenido, por contrabando y ahí Armando entendió que por él, se habían metido en tamaño problema. Se dio cuenta que jamás había terminado por conocer a su amigo, pero ese ya no era su problema, él solo quería ser feliz con su reina

Marcela había dejado a cargo a Mariana de todo en su departamento, ya que Nicolás le había pedido que se casaran prontico, porque deseaba tener un hijo con ella y esta se aboco a la tarea, le hacía mucha ilusión tener un bebé con el hombre que le había demostrado que ella podía ser amada

Ahora estaban en su casita donde había recomenzado su historia de amor. Armando se había abocado en arreglarla antes de casarse, sin contarle por eso cuando llegaron de su luna de miel, ella se sorprendió tanto de volver allí. Su hermana le había cedido su parte y aún vivía con sus padres con los cuales cada día se llevaba mucho mejor. Además su vida había cambiado para bien, había recuperado a sus padres y a pesar de que le daba dolor por su niño, ese hombre había desaparecido de su vida, al no conseguir su propósito. Claro que eso tuvo su pequeña ventaja ya que conocio a Juan Manuel Santamaria el cual hoy en día era su novio y con el que era cada día feliz, por fin el amor le sonreía

Mientras se arreglaba pensaba que su vida, simplemente era maravillosa y era feliz por ello. Su amor termino triunfando, había cometido muchos errores, lastimo a muchas personas, pero dios se había apiadado de él y le había devuelto lo que un día creyó perder. Sus padres estaban orgullos de él, Marcela aquella mujer que tanto lo amo y no supo corresponder por fin era feliz, tanto así que en un par de horas uniría su vida a su verdadero amor

Y Betty, su Betty fue capaz de perdonarle la canallada que le había hecho, solo por amor y él se encargaba cada día de demostrarle que no se había equivocado en elegirlo. De pronto sintió que lo abrazaban desde atrás, pero antes de sentir sus brazos rodeándolo sintió la pancita donde su hijo crecía y después sus brazos

B: Mmmm ya ni te puedo abrazar bien, esta panza cada día crece más y más
A:(girándose y abrazándola) Es cierto, pero allí se encuentra nuestro mayor tesoro
B: Ajá, pero como siga creciendo así, un día saldré rodando jojojo
A: No lo creo amor, además así te ves adorable
B: Claro, pero tengo a penas cinco meses, imagínate cuando cumpla los nueve, no si es como yo te digo saldré rodando
A: Bueno no te preocupes que si eso pasa, yo te detengo jajaja
B: Jojojo malo. Bien ¿Listo?
A: Si mi amor estoy listo, pero tú te ves bellísima

Betty había optado por un vestido que azul eléctrico con un tono más oscuro que era largo hasta un poco más debajo de las rodillas. Era de mangas largas y de escote en barco, todo de encajes. Lo combinaba con una sandalias negras de tacón muy bajo y la cartera a juego. Su cabello se lo había recogido en un moño bajo y del cual escapaban algunos mechones rebeldes y como siempre y no podía ser de otra manera su maquillaje a penas se notaba