CAPITULO 40

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Armando que apenas se había dado cuenta lo que había pasado, solo que estaba encima de la secretaria de Marcela, sin querer fijo la vista en sus pechos que estaban vislumbrados ya que la taza de la valeriana había caído encima de ella. Trato de levantarse y sin poderlo creer resbalo por el mismo líquido y ella fingiendo buscar firmeza se aferró a su espalda

Todos los allí presentes y las secretarias que se habían arremolinado a ver qué es lo que había sucedido, se quedaron con la boca abierta, más cuando aquella mujer se le pegaba más y más

Todos de modo unánime dirigieron su mirada a Betty y ella que simplemente estaba en silencio, pero por su cara se notaba que no le gustaba para nada lo que estaba viendo y sin más le dijo en tono de evidente molestia

B: ¿Será que el presidente se va a quedar mucho tiempo así? ¿O podemos continuar con la reunión?

Armando al escuchar su voz trato de soltarse, pero ella no le colaboraba, por eso le dio uno de sus acostumbrados gritos, más porque sabía que ella estaba muy molesta

A: ¿SERÁ QUE ME SUELTA? (pero no lo hacía) QUE ME SUELTE CARAJO

Pero ella no estaba por la labor así, que fue Marcela que lo ayudo a levantarse y le dijo

MV: Señorita vaya a su puesto, Sandra traiga una nueva valeriana y las demás a trabajar, que esto no es un circo para que estén de espectadoras

Y sin más le cerró la puerta en la cara, Armando trato de decirle algo, pero antes que llegara a emitir palabra ella les dijo

B: Bien continuamos...

La reunión de un momento a otro se volvio tensa, Betty estaba muy molesta con aquella mujer que siempre, hacía el intento de acercarse a él, pero las del cuartel no se lo permitían. Sabía que él no tenía la culpa de aquello, pero esto ya era demasiado para ella

Cuando la reunión termino cada uno se dirigió a sus oficinas y Armando que quiso entrar a hablar con ella, se encontró con que ella le cerraba la puerta en la cara, estaba muy preocupado, pero tocaba esperar que se calmara

Eran las tres de la tarde cuando un Mario Calderón arribo a las instalaciones de Ecomoda, con esa sonrisa que jamás lo abandonaba. Se dirigió con su acompañante a la segunda planta, ante la mirada curiosa de Patricia

Cuando arribo saludo a todas las secretarias y se dirigió a presidencia, donde estaba el presidente esperándolo. Golpeo algo poco inusual en él y abrió. Cuando entro se encontró con Armando y Betty, por lo visto estaban estudiando algo. A ella se le veía sería y su amigo con una cara de bobo que ya no podía con ella

MC: Buenos tardes, Armando, Beatriz
B: Buenas tardes, ya termino con esto en mi oficina, permiso
A: Pero... (vio que entraba a su oficina) Ufff
MC: Armando mire le presento a Alejandra Zing, ella es la ejecutiva que le hable, ella quiere ver las instalaciones de la empresa
A: Mucho gusto Armando Mendoza (estrechándole la mano) Para nosotros es un placer tenerla aquí
AZ: Gracias y concuerdo con usted, será un placer estar aquí

Armando alzo una ceja, no había entendido mucho a lo que se refería y Mario tenía una sonrisa sórdida en los labios, quizás con esa mamacita el pudiera recuperar a su amigo de correrías

Betty estaba en su oficina muy concentrada, había visto entrar a aquella mujer y supo por la mirada que le lanzo que le había gustado Armando. ¿A quién no? ese hombre seducía sin siquiera proponérselo ha tenido muchas oportunidades para verlo con sus propios ojos

Pero no iba a pensar en ello, además él siempre le decía que la amaba más allá de la razón y ella le creía. En el tiempo transcurrido él se dedicaba a demostrarle cada día cual especial era para él, la consentía en lo que quisiera, pero sobre todo la amaba de una manera única, como jamás pensó ser amada y ella tenía que confiar en él

OTRA HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora