CAPITULO 47

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Estaba estacionada en la esquina de donde vivían llevaba una semana siguiéndolos, buscando la oportunidad de llevar a cabo su plan. Y ahora se le presentaba, miro al asiento del copiloto y ahí estaba lo que usaría para terminar por deshacerse de ella ya que se había convertido en una completa molestia para sus planes

De pronto vio que las luces se apagaban y decidió esperar una media hora, mientras la sonrisa no abandonaba sus labios, por fin se desharía de ella y él, sería completamente suyo como siempre ha deseado

Betty ajena a todo, después que salió de la ducha, se puso un camisón muy ligero y sin ropa interior debajo, sabía que el llegaría con ganas de jugar y siempre estaba dispuesta ya que eran los mismos deseos de ella

Prendió la televisión quería esperarlo despierta, pero a medida que pasaban los minutos, fue cayendo en un sueño profundo, del que no se sabía si terminaría por despertar

Armando en el coctel estaba completamente hastiado, le había pedido a Betty que lo acompañara, pero aludiendo que estaba cansada se fue a la casa. Era cierto su niña estaba completamente cansada, cuando llegaban a la casa ella irremediablemente se le quedaba dormida y él no tenía corazón para despertarla

Pero esa noche le dijo que deseaba estar con ella y de seguro lo esperaría despierta, ojalas o sino él mismo se encargaría de hacerlo, sabía muy bien cómo. Una sonrisa apareció en su rostro serio en unos días viajaban a parís por un posible local que abrirían, ella estaba muy ilusionada ya que conocería la ciudad de la luz

Cata tan divina como siempre les había conseguido una nueva cita con Pimont aquel cliente que se fue completamente decepcionado en la primera colección a su mando donde había rebajado los materiales

Quería pasear con ella y además tenía muy bien guardado algo, que sabía le gustaría, además él estaba deseoso de dar ese paso en su vida. Y que otro lugar más hermoso que la ciudad de la luz y el amor, para hacer aquella petición

De pronto salió de sus pensamientos, cuando Mario se acercó a él, con dos modelos y que por la edad no debían pasar de los veinte. Es que no se cansaba de tratar de meterle aquellas mujeres por los ojos. Desde el lanzamiento ellos estaban muy cotizados ya que las empresas de telas e insumos siempre los invitaban para hacer negocios con ellos sacando muy buenos beneficios. Y claro que a pesar de que solo él estaba invitado Mario se las ingeniaba para asistir

MC: Armando mire que niñas más hermosas ¿No?
A: Sí, sí muy lindas
MC: Pero, cambie el ánimo presidente, mire que ellas están dispuestas a quitarle ese ceño fruncido que tiene
M1: Por supuesto con un galanazo como tú, lo que desees
M2: Mmmm se ve que nos podemos divertir mucho esta noche

Y sin más se le pegaron como lapas. En un extremo del salón estaba un hombre tomando fotografías, a las que luego tendría que retocar un poco, para que mostrara que al tipo ese le gustaba lo que le hacían, porque Armando no dejaba que lo tocaran mucho, más que nada porque le repelía la cercanía de otra mujer que no fuera Betty

Armando ya cansado de lo mismo las aparto de mala manera, tanto así que una de ellas derramo el vaso con el trago que se servía, manchando su impoluto traje y claro el vestido de la mujer

A: Pero, mire que es tonta, como me dejo
M1: La culpa es tuya, mira mi vestido
MC: Hermano no se enoje, solo es un accidente
A: Sabe que me voy, mi mujer me espera en casa, ni siquiera sé porque sigo aquí

Y sin más salió de allí, bajo la sonrisa burlona de Mario, vería por cuanto tiempo más tendría mujer. Porque de que rompía esa relación la rompía, ya no era solo por recuperar a su tigre, sino por haber hecho que Armando se alejara cada vez más de él

OTRA HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora