CAPITULO 31

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Armando lo miraba con temor, sabía que él no lo aceptaría tan fácil, pero quería contar con ellos, quería que ella viera que sus padres sobre todo aquel que tenía en frente la comprendía, pero también para que se diera cuenta que ya no era una niña a la que tenía que proteger ya que ahora lo tenía a él, para hacerlo, al fin lo escucho hablar

DH: ¿Novios? ¿Y desde cuándo?
A: Bueno, desde hace poco
DH: ¿Cómo pasó? ¿Usted no estaba comprometido?
A: Sí, pero cancelé el compromiso incluso ella trabaja aquí, solo que con el tiempo pasado a su lado, me fui enamorando sin siquiera darme cuenta
DH: Entiendo, ¿Y ella le corresponde?
A: Claro, nos amamos mucho y a mí me encantaría que nos apoyaran. Mire yo sé, que usted la ve como una niña, pero ya es toda una mujer que puede dirigir su vida sin consultarlo con nadie, solo puede pedirle consejos como padres que son, pero usted no puede pretender cortarle las alas
DH: Lo sé, pero me da tanto miedo que me la lastimen, que llegue a casa con el corazón destrozado, no quiero verla sufrir
A: Me imagino que ningún padre quiere ver sufrir a sus hijos, lo entiendo perfectamente, pero le puedo asegurar que conmigo está segura
DH: ¿De verdad usted me la va a cuidar?
A: Con mi vida si es necesario, eso no lo ponga en duda
DH: Veo, bueno solo me queda aceptar que ella está haciendo su propia vida, aunque me va a resultar muy difícil
A: Ya verá que podrá, además mi intención no es alejarla si es ese su miedo, yo no podría hacerlo sé que los ama mucho a los dos
DH: Bueno, pero ¿Será que puedo hablar con ella?
A: Mire en este momento estamos muy ocupados, pero tengo una idea ¿Por qué no cenamos juntos esta noche?
DH: Me parece buena idea, ya le diré a mi esposa que prepare algo delicioso, ella es una excelente cocinera, sabe le va a encantar
A: No tengo dudas alguna, pero no quiero que cocine, quiero que esta noche sea especial, además no quiero que ella sepa que cenaremos con ustedes, quiero que sea una sorpresa, así que prepárense que yo los mandare a buscar ¿Bueno?
DH: Bueno, ahora me retiro no quiero molestarlos
A: Nunca sería una molestia, nos vemos esta noche
DH: Si claro, buen día

Armando se quedó con una sonrisa en los labios, ese hombre amaba por sobre todo a su hija y por ella lo había aceptado aunque sabía que aún tendría sus reservas con él

Claro que Don Hermes se había quedado muy preocupado, de que ese doctorcito le hiciera daño a su niña, pero tenía que aceptarlo de una buena vez Betty ya era toda una mujer que hasta novio tenía. En parte lo que el le había dicho lo había dejado un poquito más tranquilo y eso era nada más que él no pretendía separarla de ellos

Mientras esta conversación se daba en la sala de juntas estaban Marcela y Betty. Estaban hablando de los puntos de venta cuando Marcela se dio cuenta que tenía un color extraño en la cara, por eso no dudo en preguntar

MV: Beatriz ¿Qué le paso en la cara?
B: ¿Qué?
MV: Si, se ve un color raro
B: Ah, solo que ya sabe lo torpe que soy, choque con una puerta jojojo
MV: Ya (sabía que no le contaría) debe tener más cuidado para la otra
B: Sí, pero ya sabe mi naturaleza torpe siempre está en medio jojojo
MV: Jajaja me lo imagino

Era la primera vez que reían juntas y eso les extraño un poco. Por eso se pusieron serías de un momento a otro. Era raro ahora no sentían esa incomodidad al estar en el mismo lugar ¿Será que al final habían enterrado el hacha de la guerra? Se nota que estaban cambiando y se estaban haciendo mejores personas. Marcela no lo pudo evitar y volvió a reír ante el desconcierto de ella

MV: Esto es muy raro, antes solo sabíamos discutir y ahora hasta nos reímos juntas
B: Jojojo sí, pero las cosas cambian sin darnos cuenta
MV: Es muy cierto jajaja quien lo diría

Así fue como las encontró Patricia, no sabía que es lo que pasaba, desde que ella había bajado a recepción Marcela la había dejado de lado y ahora se reía con el ¿Garfio? por eso con todo el resentimiento que sentía no pudo evitar decir, tomándolas por sorpresa a las dos

OTRA HISTORIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora