Sobres De Color Rojo - Imagina con Rosé

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"Sabes, hacer una aplicación será un pico difícil... ¿Pero qué te parece un restaurante?, podemos comenzar con algo pequeño, ¿Qué tal un café?"

– Un café... quizás sea la mejor idea... es más fácil, más si sigo recibiendo dinero de esta forma... – Dije en mi mente y solté un suspiro.

– Y ahora se encuentra en la empresa – Dijo Park riendo.

– Disculpa, ¿Dijiste algo? – La miré.

– Olvídalo – Dijo mientras manejaba.– ¿Tienes sueño?

– Sí... un poco... – Respondí.– Pero está bien... oye, he estado pensando en arreglarnos mejor... y decidir cuales serán los días en los que nos veremos...

– ¿Qué? ¿Por qué?, a mi me gusta así... – Frunció el ceño.

– Bueno, el tiempo no me basta, tengo que estudiar... además, he estado viendo lo de un trabajo... – Miré por la ventana.

– Nadie te va a ofrecer lo que yo te doy – Dijo molesta.

– Lo sé... pero no me pedirán lo que tú me pides... – Bajé la mirada.– Quizás así, podría volver a sentirme bien conmigo misma... prácticamente me estoy prostituyendo.

– Sí no lo quisieras hacer, no lo harías – Me miró cuando detuvo el auto por un semáforo en rojo.– Sabes, la gente que no tiene dinero es estúpida, no saben invertir, además, no me niegues que tú también eres una pu...

– Park – Alcé la voz.– Ya no me interesa saber nada de ti – Fruncí el ceño y tomé mi mochila.– No hasta que sepas y valores el sacrificio de alguien, que quiere sobrevivir... – Abrí la puerta del auto y me bajé.– Porque estoy segura, que una "puta", como tú dices, tiene mi respeto, algo que por más dinero que tengas, jamás podrías comprar.

Cerré la puerta del auto y caminé hacia la banqueta para irme de ahí, esa mujer me tiene loca pero lo digo en mal sentido.

Detesto esos comentarios que salen de su boca, odio que no sepa lo que es que te falte el dinero, el cariño...

– Y una verdadera familia... – Dije con lágrimas en mis ojos.– Y creer que comencé a sentir algo por ti...

Como me imaginé que probablemente me seguiría en el auto, comencé a caminar entre los callejones, es obvio que ella nunca podría un pie por aquí.

No me importó caminar una hora hasta llegar a casa, pude haber pagado un taxi pero da lo mismo, incluso sentí que fueron 10 minutos por vagar en mis pensamientos todo este tiempo.

– ¡Maldita sea! – Lancé mi mochila.– ¡Eres una maldita idiota, Park! – Dije molesta.

El único alivio que tenía, era que ya había pagado todo un año para vivir aquí, me da tiempo suficiente para juntar al siguiente año.

– Pones de ejemplo a una puta pero te mueres por que te cojan – Cerré la puerta.– No, _______... la palabra puta es mala... – Dije intentando tranquilizarme.– ¡Pero Park es la única puta! – Grité con el ceño fruncido.

– ¡Disculpe! – Gritó alguien desde afuera de la puerta.– ¿Podría no gritar?, una bebé intenta dormir.

Me acerqué a la puerta y la abrí para ver quién era la dueña de esa voz femenina.

– Disculpe... – Dije apenada.– No volverá a suceder... – Hice una reverencia.– Soy _______, para lo que se le ofrezca...

– ¿_______? – Preguntó la chica sorprendida.

– ¿Jisoo? – La miré enseguida.

– ¿Desde cuándo somos vecinas? – Rió.– Espera... ¿Todo bien?, ¿Qué pasa?