Capítulo 14

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Abro los ojos en una habitación que no me suena de nada. "No, no, no, no. Otra vez no." La luz blanca me ciega un poco, pero cuando soy capaz de enfocar la vista me doy cuenta de que la situación esta vez es completamente distinta.  LLevo una vía en el brazo y estoy vestida con ropa blanca, tumbada en una camilla. Esto es una habitación de hospital. 

-¡Vero! ¡Estás despierta! - Miro a la chica que sale del baño de la habitación. Es la misma que en mi recuerdo, la que casi comen las gaviotas; pero esta vez sí recuerdo su nombre. 

Reviso mi cerebro y lo recuerdo todo. Sé quién soy, sé a quién conozco. Recuerdo a mis padres. No me lo puedo creer. 

-¡Val! - Se acerca y me abraza muy fuerte. - ¡No te vas a creer lo que me ha pasado! 

- Un momento, Vero. Voy a llamar a la doctora para avisarle de que te has despertado y entonces podrás contármelo todo. 

Valeria sale de la habitación y vuelve con una doctora bajita, de pelo muy rizado. Ella me hace muchas preguntas sobre como me encuentro y me receta algunos medicamentos para evitar posibles mareos. Otro chico entra en la sala y le saludo. 

-Hola, Fran. - Él le da un pico a Valeria en modo de saludo. 

- Sabía que acabaría en el hospital por tu culpa. - Al novio de Val le encanta molestarme, pero yo sé que me ha cogido cariño. Además, me gusta para ella. Es muy guapo y la quiere a reventar.  

La doctora se dirige a mí. 

- Te diste un golpe fuerte en la cabeza. Eso fue lo que provocó que te quedases inconsciente. Bebiste mucho, ¿no es así? - No entiendo. "¿Nadie les ha contado lo que pasó?" Meneo la cabeza en gesto de negación. 

- ¿Dónde está Jorge? - pregunto al darme cuenta de su ausencia. Él ya debería haber venido a comprobar que estoy bien. La doctora mira a Val y a Fran, para que alguno de los dos diga algo. 

- Vero, ¿quién es Jorge? - Valeria me mira como si estuviera loca. 

- Jorge es mi novio. Es decir, no lo era ayer, pero hoy sí. Hemos empezado hace un rato. Él me ha traído aquí. 

-Aquí te ha traído la ambulacia. - Su voz es seria, parece preocupada. 

- Pero, Val, te estoy diciendo la verdad. Jorge y yo hemos pillado a una asesina, era un crimen muy complejo, pero te juro que... - Se nota en mi voz como empiezo a agobiarme. 

- Vero, basta. 

- No, es real. Tiene que ser real. Es lo más real que he vivido en la vida. ¡Casi me matan! - Me mira como a una psicópata. - Eva, Edgar, Irina, Ethan... son personas, las he conocido. 

- No es cierto. Tú y yo decidimos irnos de fiesta a pesar de que nuestras profesoras nos recomendaron que no bebiésemos durante el viaje de estudios. Ambas bebimos demasiado y te perdí. Alguien llamó a la ambulacia porque te encontró inconsciente en un callejón. Sí, podías haber muerto, pero de coma etílico. Nada más. - Me habla como si fuera una niña de cinco años intentando entender algo demasiado complicado. - Tu madre está preocupada por ti y nos han aplazado el vuelo a Galicia. Toda la clase partió hace un rato, nosotras nos vamos esta noche. Casi me da un infarto cuando desapareciste durante tanto tiempo, no hagas que me asuste otra vez.

Sus palabras me hacen llorar. 

La doctora nos explica que es normal tener alucinaciones después de pasar tanto tiempo inconsciente. Según ella en unos día me daré cuenta de que Jorge no existe, pero que si eso no pasa, vaya a revisión en Galicia. 

No puedo creerme que el día más interesante de mi vida realmente no pasara y, sobre todo, no puedo procesar que Jorge sólo sea un invento de mi cabeza. ¿Cómo es posible? Cuando le miraba sentía que una cuerda salía de mi pecho y amarraba mi corazón con el suyo. Realmente creo que le quería. La vida es así de impredecible. 

Un día sientes amor y al día siguiente te lo arrebatan, como sino pasase nada. Eso te destroza, pero todo el mundo espera que seas lo suficientemente fuerte como para soportar todo lo que se te venga encima. Pero, ¿qué pasa si no lo soy? ¿Y si prefiero vivir en esa ilusión? 

Es la primera vez que pienso en lo bonito que sería no despertarse. Soñar para siempre.

Me han dado el alta y estoy recogiendo mis cosas, para salir del hospital. Val y Fran me esperan abajo. Una sensación horrible se acumula en mi garganta y lloro otra vez. LLorar se me da bien. Me pongo ambas manos en el pecho y siento algo que cuelga de mi cuello. Una cadenita de oro. Siento que se me corta la respiración. 

Justo en ese momento, alguien toca a la puerta, que está entre abierta. Un chico muy guapo, vestido de enfermero, me sonríe. 

- ¿Señorita Rando? - Asiento con la cabeza. - Esto es para usted. - Dice mientras me extiende un sobre. Lo agarro y lo miro. Parece que lo estoy analizando, pero en realidad solo estoy rezando porque sea lo que creo que es. - Ábralo. 

El chico no puede irse hasta asegurarse de que he visto lo que hay en el interior. Trago saliva y lo abro. 

Dentro de él hay una foto. Él está en la foto. Jorge está ahí, con una niña pequeña de pelo rizado y sonriente. En el borde está escrito "Nos vemos pronto, bizcochito. Tq." con rotulador permanente negro. La lágrimas se me saltan de la felicidad. Mientras miro la foto,  toco la cadenita que llevaba Eva cuando la vi en el Pelmeni, que pende de mi cuello. 

El enfermero está a punto de irse, pero le llamo. 

- ¡Señor enfermero! - Él se gira. - ¿Cómo te llamas? 

- Soy Exequiel, señorita. 

- Por favor, tutéame. ¿Qué te dijo él, Exe? ¿Dónde está?

-Me pidió que le diera este sobre a su chica y va dirigido a ti. También me dijo que el trabajo de un enfermero no es sólo poner vendas en la piel, sino en el corazón. - "Él siempre me sana el corazón."

- ¿Por qué se fue? - Su expresión me indica que no puede contarme eso y yo lo miro, comprensiva. 

- Prometió que volvería y yo sé que así será. - Asiento, porque yo también lo sé. 

Exe se va y yo me quedo sola, pensando que hay personas que, a pesar del tiempo, de los problemas, de las circunstancias; no se van. Da igual cuántos pasos intenten alejarse de ti o cuan hondo sea el abismo que os separa. 

Con esas personas da igual lo que pasé, al final siempre acabaréis juntos de nuevo. 

Me quedo pensando en que hay personas con las que es imposible mantener la distancia.  


Mantén la distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora