Dias Difíciles - 3

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03

El invierno era vengativo con los amantes del verano, bajo cero marcaba el presentador de un programa de clima. Un Oikawa acurrucado a tope reposaba en su cama matrimonial, que más parecía un basurero municipal.

Envolturas de frituras, latas de té, un empaque de yogurt y una caja de pizza eran lo que se distinguía. Colchas, una tras otra, todas eran suaves y calientes, el habitante de aquella cueva se encontraba con una pijama de cuerpo completo. 

Era un oso panda con calcetines azules, a pesar de que el traje le cubría los pies, el friolento personaje los usaba con necesidad, viéndose ridículo con eso, pero la comodidad podía más.

Envuelto en un mar de lágrimas por más de una razón que el documental de maltrato animal que veía, devoraba soba frío que había preparado su esposo, este debía estar al otro lado del mundo debido a la pelea que tuvieron horas atrás.

Así es, el oso panda humano lloraba por su amado y la desdicha de no verlo más.

En una tienda de conveniencia, a la esquina del apartamento del dúo desastroso de esposos, se encontraba un hombre de tez morena. Este bebía un café caliente mientras decidía si volver a casa o dormir en el coche.

Había surgido una leve discusión entre ellos, un chico sensible por las hormonas del embarazo y otro cargado de trabajo y poca paciencia. Una guerra no era difícil de producirse.

El desorden que provocaba Oikawa enojaba a Iwa-chan, porque jamás ordenaba nada y cuando volvía del trabajo encontraba todo desordenado. 

No había cooperación entre los dos, las peleas por cosas simples se comenzó a volver común, reclamos de porque se demoraba tanto en volver a casa se escuchaban, así que ese fin de semana todo explotó.

Mensaje de texto:

Oikawa:

Donde estás?

Es tarde tonto, seguro saliste y fuiste a divertirte solo.

IWA-CHAAAAAAANNN

Iwaizumi:

Estaba en una junta de trabajo.

¿Ordenaste el cuarto?

Nop, lo olvidé

Llamada perdida de Iwaizumi 8:34PM

– ¿Por qué la cena no esta lista? – preguntó disgustado Hajime, dejando sus cosas en el closet.

– También lo olvide, estaba cansado – contesto el otro en tono seco.

– Hoy te tocaba hacerla, maldición. ¿Recogiste la basura como te pedí? – Estaba molesto, la semana había sido agobiante. 

Mantener de pie una casa, un trabajo y un idiota infantil que desordenaba todo más los cambios de humor y celos era todo un reto.

– Te pasas todo el día trabajando y no me prestas atención, estoy muy cansado como para limpiar algo – con esa frase dio fin a toda la discusión.

Iwaizumi salió del departamento azotando la puerta, tenía que tomar aire para poder tomar alguna decisión. Mientras tanto Tooru estaba un mar de lágrimas en su cama, dramatizando a más no poder.

HORAS DESPUÉS DEL SUCESO:

Hajime intentaba buscar una solución para arreglar las cosas en casa. Oikawa luchaba con el mismo para no dejarse llevar por las hormonas. Realmente debían llegar a acuerdos si querían que las cosas siguieran funcionando, por lo cual Iwa-chan

Decidió volver al departamento.

El sonido de la puerta cerrándose escucho Tooru, se paro de la cama asomándose, se encontró con el moreno. Tenía la nariz roja del frío, cosa que causó gracia al otro. El silencio volvió a invadir toda la habitación, después de la pequeña risa del castaño.

– Creo que deberíamos hablar – dijo el ojicafe sonando amable.

– Si, tengo que disculparme también –.

Llegaron a un acuerdo después de dialogar un rato, cada uno pondría de su parte para hacer que la casa funcione, ya que Oikawa tenia vacaciones de trabajo por la maternidad avanzada, el haría la limpieza del hogar, en cambio el chico de cabello negro se encargaría del resto de las labores más su trabajo.

Nueve meses de aventura // IwaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora