Prologo

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—¿Porqué me hace esto usted, Beatriz?—
De poco a poco caminaba mareado en la "oficina" de ella, sintiendo la embriaguez sobre mi tomando algo de control. No entiendo de verdad, —¿A dónde me quiere llevar? ¿Porque me quiere volver la vida así?— me senté, mi mente jugaba trucos haciéndome verla, sentada atrás de su monitor en este agujero
—Explíquemelo por favor—que podía hacer yo ahora, más que presión es confusión la que me quita el aire, con vaso en mano moviéndolo de acá para allá volví atraparme en mí mismo pensamiento, —Yo no sé, exactamente, qué es lo que siento por usted—le dije mientras se me quedaba viendo con sus ojos tan vacíos y ahora comunes,—Pero si sé una cosa, que sienta lo que sienta—lo que sea que se llame esto,
—No tiene porque tratarme así, me parece absolutamente injusto.— 

—¿Este es el pago por quererla?— le pregunte a su espectro antes de recuperar un poco el mando de mi conciencia. —¡No me responda!—
Tome aire y volví a ver la silla vacía...—No me responda tranquila, en todo caso, hace mucho tiempo usted no me responde nada a mi— vacía, así se sentía ahora todo, —hablar con usted ahora así se siente no?— le dije después de dar un trago al whisky que reposaba en mi vaso.—Hablar con usted se siente como sentarse a hablar con esta silla vacía que tengo al frente mío—

—Es lo mismo—un trago más solo uno más, para luego sentir otro tras otro, pero de ¿que hablo? Esto es estupido,—Bueno armando toca salir de acá—siento el líquido en mis labios—Toca salir de esta oficina—el líquido que empieza a serme tan familiar—Pero adónde sea que vayas, tienes que ir solo— tomo el whisky en mis manos para obsérvalo con detalle—Que el whisky me acompañe ¿No?, Al final es lo único que tengo— dije para empezar a tomar mi maletín y ponerme de pie observando la silla por última vez, mi mente me juega otra vez y hace que ella aparezca justo para ver cómo me marcho.
—¡Gracias!, de verdad por todo— esperando que se quedara en silencio
        —Muchas Gracias, Betty— me voy del agujero apagando la luz y saliendo al pasillo solitario? Y la gente?, ¡Carajo con esta gente!
¿¡Que se les olvida qué está el lanzamiento o que?! Me asomo hasta observar a Catalina caminar
—¿Catalina?, ¿y tu qué haces aquí a estas horas?— extrañado la mire de arriba abajo cómo llevaba unos vestidos en sus manos. Me analizaba con la mirada dándose cuanta el instante lo ebrio que estaba
—Organizando una ropa porque hay que enviarla mañana tempranísimo al lugar del desfile para un ensayo— al escuchar eso no evite rodar mis ojos como iba el jartero de Lombardi a poner a acomodar a cata, —No, No, No Catalina, tu no estas para esas cosas, deja que Hugo o Inesita se encargue de todo eso— Alzando mi voz empecé viendo a todos lados dándome cuenta que era demasiado temprano y todo mundo se había ido ya, con semejante colección encima.—¿Que no están ensayando acaso?— rei sarcástico y mareado, podía sentir los ojos de cata juzgando mi actitud despota
—¿Porque me haces esa cara? No entiendo, ¿Donde esta la gente?— hable empezando a enojarme.—¡¿No tendríamos que estar ensayando para el desfile que ya es mañana?!—

—¿No sabias que Inesita se enfermo?— por un segundo el alcohol que controlaba mi sistema desapareció.
—No, No sabía, ¿Qué le pasó a Inesita?, ¿Donde esta?, ¿Esta bien?— pregunte preocupado ya estresado porque ahora había otro problema encima.
—Bueno, tranquilo no fue más que un desmayo, le dio lo que podríamos decir un Sumenage— la voz pacífica de Cata me calmó, más cuando me explico que ya la estaban ayudando a recuperarse, que Hugo seguramente estaba con ella, igual que las niñas del cuartel en casa de Inesita
—Bueno...Cata, hasta mañana, que estés bien—bese su mejilla y con el poco equilibrio que conservaba caminé por el pasillo, el alcohol me consumía otra vez después de recuperarme del susto y era claro podía sentir que la botella se me movía en el saco y tenía la idea de seguir tomando unos tragos más
—Armando, ¿Estabas bebiendo solo?—
—mmm?—
—¿problemas?— Muchos
—¿Graves?— bastante
—la colección?, la junta?, algo en que se te pueda ayudar?— no tienes una idea de la ayuda que necesito para dejar de sentirme como un vaso vacío por dentro pero aunque quisiera
—no, no, no Cata, los presidentes de grandes empresas como yo tenemos otros problemas, no solo nos preocupamos por los problemas de nuestras empresas, ¿Si me entiendes?—
Cosas que al final entiendes que por ejemplo Betty se va cada vez de mi lado y maldita sea no se porque, no se porque siento todo esto y la culpa me mata decía mi cabeza
—Problemas que no siempre tienen solución y en los que nadie nos puede ayudar—
—Nadie—hay que aceptarlo
—Así es, no? Bueno, Buenas noches—
Camine, solo camine.

A cada paso que daba, a cada respiro que salía de mi, pensaba en ella, la quiero?, es eso lo que siento dentro de verdad?, que gano yo queriéndola, si ella no me quiere ver ni en pintura eso es obvio, se yo provoque todo esto no tengo excusas para quejarme, más que sigo siendo un humano y a pesar de todo estoy cansado, tan harto, atado a tantas cosas que aunque valoro y quiero con todo el corazón ya no se si puedo seguir haciéndolas sabiendo que solo le hago daño, le hago daño a la empresa, a mi familia, a Marcela, a Betty y a saber cuanta más personas.

Ya en el garaje vi mi carro a lo lejos y fui hacia el sabía que tenía que ir a buscar a Betty, pero enserio quería?, al final ella me iba a volver a esquivar y evitarme, no iba a querer hablar conmigo no importa cuanto lo intente, tal vez debería dejarla en paz tal vez debería hacer eso pero no podía dejar que eso pasara tenía que intentarlo otra vez.

Saliendo de Ecomoda tome el teléfono y marque a casa de Inesita, pero algo decía que era un error, debería dejar todo ya?, que pasaría con la empresa?, con los valencia, con la familia, con Marcela, con Mario, con Betty...
Podía escuchar el teléfono sonar hasta que reconocí la voz de Hugo
—Dime mi vida—
No podía abrir la boca estaba cansado
—alo?—
Ella no quería verme ¿y si solamente la dejaba tranquila al menos por esta noche?
—¿Mi vida eres tú?—
Que podía pasar?, cual sería el show si solo era...
—Hay alguien ahí?, puedo oír la respiración—
¿Y si solo era Armando, solo por una noche?
—Mire señor Creepy no me ponga a tratar de asustarme porque créame que está hablando con la persona equivocada y— colgué antes que terminara, no sabía a dónde iba ni nada
Solo se que iba a ser solo por esta noche
Solo por esta noche.

Cosas de una noche-Armando Mendoza-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora