Capítulo 1

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Aunque la lluvia golpeaba perezosamente la ventana

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Aunque la lluvia golpeaba perezosamente la ventana. Kim Taehyung aún podía contemplar el exterior.

Veía cómo la gente se arremolinaba con coloridos paraguas y sombreros sobre la acera. Estaba tan concentrado en localizarlo que estaba escuchando la conversación sólo a medias. Sin embargo, precisamente ese «a medidas» era lo máximo que se requería cuando sus amigos hablaban de aquel tema en particular.

—¿Ves a esa rubia tan guapa? —preguntó Jeon Jungkook— ¿La que acaba de entrar? Lleva puesto un sujetador de esos que levantan el pecho.

—¿De verdad? —preguntó Park Jimin con voz seca— ¿Cómo lo sabes?

—Conozco mi campo —replicó Jungkook con cierto cinismo—, en especial cuando se trata de pechos y traseros. A tu edad, yo habría asegurado que tú también.

—Sí, y a tu edad yo habría asegurado que ya te habías deshecho de las obsesiones adolescentes —replicó Jimin.

Los tres hombres estaban sentados en una mesa de Marco's, un restaurante italiano muy informal que habían descubierto hacía cinco años. Quedaba cercano a los lugares de trabajo de los tres, en el centro de la ciudad. Iban allí a menudo y parecía que cada vez más a medida que pasaban los años. De hecho, se reunían casi todos los días para almorzar y a menudo también cenaban allí.

Ninguno de los tres estaba casado. Jungkook era un soltero empedernido, Jimin era viudo y Taehyung... Taehyung no había encontrado a la persona adecuada. Sus criterios eran muy estrictos, pero, en su opinión, el matrimonio era para siempre. Había visto muy a menudo matrimonios tormentosos, que se sostenían gracias a la ironía, los engaños y el alcohol. También había sido testigo de lo mejor, de uniones que rezumaban amor, confianza y apoyo. No pensaba conformarse con menos de lo que sabía que podía y debía ser.

A causa de lo dispares que eran sus trabajos y su carencia de lazos afectivos con alguien más, sus reuniones en Marco's eran lo más cercano a una rutina doméstica de lo que los tres podían disfrutar.

El restaurante servía como lugar de celebración y también de conmiseración, como cuando la esposa de Jimin murió y él había querido apartarse de todo y no ver a nadie ni hacer nada excepto mimar a su hijita. Como cuando Taehyung había recibido un disparo en la pierna y había estado varias semanas de baja, algo que le provocó un profundo desasosiego.

La vida de Taehyung estaba llena de oscuridad, de amenazas y de cautela, a excepción de cuando estaba en Marco's, con las personas que confiaba. Sus dos amigos. Su familia. Nadie más, al menos no por el momento.

Nadie le había llamado la atención lo suficiente como para que existiera la posibilidad de construir algo más serio. Al menos hasta entonces. Sin embargo, en aquellos momentos, se sentía intrigado.

—Taehyung, dile a este imbécil que los pechos de una mujer no se yerguen con el sol, como si fueran una flor —le dijo Jungkook, riéndose de su propio comentario—. Si están a punto de tocarle la barbilla. Te aseguro que lleva un sujetador de esos que se los levantan.

𝐃𝐞𝐦𝐚𝐬𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐞𝐫𝐜𝐚 [TaeJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora