Enamorado

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Podían decir que fue duro? O la palabra quedaba muy corta para ese sentimiento nuevo que tenían Keisuke y Chifuyu? Tal vez, pues ese vacío en sus corazones cada noche terminaba atormentándolos. Pensar en que sus madres no estaban más era difícil de aceptar.

Volverían algún día? Se preguntaban de manera infantil. La vida seguía y aunque sería complicado dar los primeros pasos solos, estaba bien porque se tenían el uno al otro.

Las primeras noches cada uno intento dormir en sus departamentos, sin embargo el rubiecito lloraba a mares y terminaba subiendo, con sus pies temblando, al departamento de Keisuke. Quién lo recibía con los ojos rojos y la cara empapada de lágrimas.

La primera vez ambos se habían sentado en el sillón, el pelinegro acariciaba los hermosos pelos rubios mientras lo abrazaba e intentaba calmar el dolor de ambos. Si no fuera por el cansancio ambos podrían seguir toda la noche sin dormir derramando su dolor sin cesar.

No muchos días después Baji le propuso al menor mudarse con él, pues era la mejor idea que se le había ocurrido. No podía dejar a aquel puntito amarillo llorar toda la noche para que después se digne a subir. Debían vivir juntos y eso estaba muy claro para el pelinegro.

Algunas ropas, algunos libros y otras cosas más de Chifuyu ya se encontraban en la casa del mayor.

Era hora de madurar, era hora de dejar de pensar como un niño y cuidarse a sí mismo y más que todo de cuidar al pequeño chico de ojos celestes.

- Chifuyu... que haces? - dijo mientras salía al pequeño balcón

- Baji - san! - volteo a verlo, sentado en un banquito con las manos llenas de jabón - estaba lavando tu uniforme. Cómo es posible que lo tengas tan sucio? Deberías ser más limpio Baji-san! - frunció un poco el ceño y siguió frotando.

El pelinegro dejo escapar una risita, acaso su pequeño rubiecito lo estaba regañando? Camino lentamente hasta ponerse delante de él.

- Lamento ser tan descuidado, estos días ando súper estresado - cerro los ojos poniendo una expresión de dolor exagerada - pienso tanto en cómo hacerte feliz que olvido todo lo demás, Chifuyu que haré si no te puedo quitar de mi cabeza?

El menor bajo la cabeza sonrojado, nervioso de aquellas palabras.

- Que... que dices Baji-san... no deberías pensar tanto en eso... hay cosas más importantes...

- No lo creo, pero intentare concentrarme más. Ahora déjame ayudarte. - sonrió mientras tomaba las manos de Chifuyu debajo del agua llena de espuma - hagamos esto rápido y vamos a comprar algo para comer que te parece? Tal vez pizza y un poco de coca

El sonrojo del rubiecito se borró y sus cejas se fruncieron en un gesto algo molesto.

- De eso quiero hablar contigo. Estos días hemos estado comiendo comida chatarra. Eso no es bueno para nuestra salud Baji-san. De ahora en adelante saldremos a comprar mas verduras y frutas y yo aprenderé a cocinar.

El pelinegro lo miro algo serio, preguntándose si aquel chiquillo estaba madurando más rápido que él o es que estaba tratando de evitar que él pueda cocinar.

- Lo dices porque no te gusto la comida que hice la última vez, verdad?

- Eh? Claro que no, si me gusto.... Un poco... pero creo que debes estar muy ocupado con los papeles para ser mi tutor... aparte de eso tienes mucha tarea y como te dije yo también quiero ayudar.

- ...Pues con respecto a la responsabilidad de ser tutor el padre de Koko se está ocupando muy bien. La otra vez llamo y me dijo que pronto ya tendré completa autoridad sobre ti. Debemos agradecer a Koko que nos haya ayudado con todo esto.

Un pequeño chico para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora