Capítulo 23

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¿Matarme? ¿Alguien ha intentado matarme?

Sin poder creerlo intento ponerme en pie, pero ni siquiera una parte de mi cuerpo obedece mi cerebro. Mi cuerpo no reacciona.

La puerta se abre de repente y le veo. Lleva una chaqueta de cuero negra, una camisa del mismo color al igual que los pantalones. Se acerca despacio hasta llegar a mi lado, está serio como de costumbre, pero esta vez es diferente, lo sé. Quiero hablarle, pero no creo que tenga las fuerzas suficientes para hacerlo. Él mira al doctor y este asiente, todos los presentes abandonaron la habitación sin decir palabra, el último en salir cierra la puerta con suavidad.

— Necesito que me digas todo lo que hiciste ese día—su voz es brusca como si me estuviera recriminando algo y casi sé lo que piensa— no deberías haberte ido de mi lado, te lo he dicho miles de veces—su voz empieza a alzarse con cada palabra— ¿por que demonios nunca puedes hacer nada de lo que te digo?—se mueve de un lado de la cama al otro— no entiendo por que—se da la vuelta para mirarme— tienes que entender que no todos me aceptan como su rey, intentan derrocarme y ahora te atacan a ti en vez de a mi—se sienta en el borde de la cama mirando hacia la ventana, veo cómo su espalda está tensa, sé que lo ha pasado mal con esto, pero yo ni siquiera salí de la casa. Quiero hablar, lo intento al menos.

— Yo—mi voz se marchita— no—vuelvo a intentarlo, pero me canso así que decido mantenerme en silencio. No es justo que ni siquiera pueda defenderme en estos momentos, es completamente injusto.

— Mañana volveré para que puedas decirme qué diablos pasó—sin mirarme sale por la puerta dejándola abierta.

Mis ojos empiezan a picar, sé que quizás se haya asustado, pero he sido yo la que casi se muere, un poco de sensibilidad no estaría de más. Decido no darle muchas vueltas y descansar.

Abro mis ojos con facilidad, ni siquiera he podido dormir bien, pero siento mi cuerpo un poco mejor por lo que empiezo a hablar en voz alta para fortalecer mi voz, con cada palabra esta va mejorando así que apoyo mi cabeza en la almohada. Durante toda la noche le he dado vueltas a lo sucedido y recordé a la chica que me ofreció algo de beber, eso debía de contener el acónito. Tengo en mi mente la cara de mi posible asesina, aunque no puedo acusarla sin tener pruebas porque sé que hará Logan si le digo y no quiero que si es inocente pierda la vida.

Me logro incorporar quedando apoyada en la pared. Muevo con suavidad los dedos de mis pies hasta que alguien abre la puerta.

— MG—mi amiga entra casi corriendo hasta abrazarme con bastante fuerza— que haces así sentada—intenta empujarme para que vuelva a acostarme, pero me niego.

— Estoy bien—murmuro mirando al pelirrojo entrar por la puerta— necesito moverme un poco.

— ¿Pero qué ha pasado?—mi amiga se sienta a mi lado— Logan nos ha comentado o bueno—hace una mueca— más bien gritado que te han intentado matar—pone su mano en mi brazo— ¿recuerdas algo?

Suspiro mirando a mi amiga a ella podría contarle todo, pero no sé si su pareja mantendrá el secreto, aunque si quiero hacer las cosas bien, alguien tendrá que ayudarme.

— Necesito que me ayudes—me dirijo directamente al pelirrojo— necesito que me lleves a la casa porque tengo que hablar con alguien, quiero aclarar algo antes de decir nada—frunzo el entrecejo— por favor—murmuro con suavidad, sé que no soy su persona favorita, pero poco a poco hemos ido congeniando.

— Y supongo que no quieres que Logan lo sepa— se cruza de brazos lo cual es mala señal— mira—dice con suavidad— soy la mano derecha de Logan, lo último que debo hacer es hacer estas cosas a sus espaldas, el puede hacer mucho más que yo te lo aseguro

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