Capítulo 39

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Las semanas transcurrían una detrás de otra, casi no las notaba por los entrenamientos,al principio fueron duros, pero mi cuerpo ya se acostumbró al dolor

— Pégale— grita alguien a mis espaldas, pero no puedo verlo

Mi rostro arde por el último puñetazo que acabo de recibir de mi contrincante, pero no puedo despistarme, tengo que concentrarme

Mi rival era fuerte, pero lento, sus piernas se movían vagamente por el improvisado circuito, podía coger eso a mi favor, pero tenía que ser rápida ya que otro golpe y acabaría tumbándome

Cuando su pie se inclina hacia adelante para atestar otro puñetazo, me muevo rápidamente hacia la izquierda y con esta misma mano le propino un puñetazo en la nariz. Se tambalea hacia atrás cubriéndose la zona afectada

— Hija de— me mira con furia— dijimos que nada de sangre— se limpia la nariz mirando a la pelinegra— Violet— dice casi como un berrinche

— Troy, eliminado por quejica— anuncia la chica con una sonrisa— ganadora nuestra princesa Meghan— entrecierra los ojos en mi dirección—  que hoy nos ha demostrado que aunque tengas palos por brazos, un buen puñetazo en el lugar adecuado puede salvarte la vida— se acerca a mi, arqueo una ceja cuando su mano se posa en mi hombro— buen trabajo florecilla

No quise admitirlo, pero en ese instante, no la odiaba tanto

Esa misma tarde entrenamos con cuchillos los cuales no dominaba ni por casualidad por lo que me provocan cortes todo el tiempo, algo que Violet aprovechaba para machacarme aún más

Había descubierto que tiro con arco se me daba increíblemente bien y era el único momento del día donde podía lucirme sin vacilar

Esa chica me hacía la vida imposible en cada entrenamiento, bueno, me hacía la vida imposible siempre, pero nunca dejé que me hundiera como ella quería y poco a poco esa mirada de odio se convirtió en una de admiración y aunque no me lo diga sé que le caigo un poco bien

 Esa chica me hacía la vida imposible en cada entrenamiento, bueno, me hacía la vida imposible siempre, pero nunca dejé que me hundiera como ella quería y poco a poco esa mirada de odio se convirtió en una de admiración y aunque no me lo diga sé q...

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Mis piernas se entumecen por estar tanto tiempo sentada en la misma posición, decido extenderlas levemente para aliviar el malestar

— Y así es como conseguimos hacer esta hierba medicinal para las heridas con sangre— el señor nos mira a todos expectantes— ¿Alguna pregunta?

El lugar queda en silencio. Miro a los oyentes y me doy cuenta de que la mayoría está casi dormida, otros escribiendo algo en sus cuadernos y otros susurrando entre ellos

— Bien— añade una vez más el profesor— termina la clase— deja caer unos papeles en su pequeño escritorio— pero no os mováis de aquí ya que Agatha vendrá a daros la siguiente clase

Todos empiezan a hablar unos con otros a la vez

— ¿Escuchaste lo que dicen?— una conversación en particular captó mi atención— se han avistado hombres lobo cerca— la chica abre mucho sus ojos— dicen los de vigilancia que están buscando a alguien o más bien el supuesto rey está buscando a alguien

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