Amor

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Un paso a la vez, poco a poco las cosas lograban cobrar más sentido.

Habían pasado pocos días desde que ambos habían decidido volver a donde todo había empezado: la torre de Astronomía.

Era curioso, muchas cosas habían pasado en los últimos días. Algunas buenas, otras terribles; lo normal en la vida de Harry. Dejando de lado que sus lecciones de Oclumancia iban de mal en peor y que Umbridge seguía respirándole en la nuca, pues las cosas no estaban tan mal. Podrían ser mucho peor, ¿no?

De todos modos, lo mejor era no pensar en eso. Desde hacía un tiempo había aceptado adaptarse a lo que se viniera, fuera bueno o malo; especialmente malo.

A fin de cuentas, ya no estaba solo.

De hecho, justo en ese momento se encontraba sentado junto a Luna viéndola pintar. La joven había decidido que quería explorar nuevas técnicas e ideas con la pintura en lugar del lápiz. Así que ahí estaban, haciendo lo mismo desde hacía varios minutos...

Siendo honestos, era la cosa más lenta, repetitiva y tediosa que había hecho en su vida.

Y Harry lo amaba. Tal vez más que nada en este mundo.

—¿Estás bien? —preguntó Luna interrumpiendo sus pensamientos.

Harry levantó la mirada, encontrándose con los ojos de Luna quienes le miraban con curiosidad.

Oh, ¿cuánto tiempo llevo así?

Había estado tan perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que llevaba varios minutos sin hablar, simplemente se había quedado observando en un abrumador silencio.

Qué terrorífico, lo más seguro es que se veía como una estatua o algo así.

—Claro, ¿por qué no lo estaría? —respondió Harry.

—No has dicho nada todo este rato. Eso significa que estás pensando.

—Claro que no.

Ante esto, Luna le miró fijamente, como si pudiera leer sus pensamientos. Sus ojos grises parecían conectar con los suyos y de un momento a otro no había nada que pudiera ocultarles.

Nada.

Enseguida Harry apartó la mirada. A veces olvidaba lo bien que la joven lo conocía sin necesidad de palabras.

—Bueno bueno, tal vez un poco —admitió Harry de mala gana mientras soltaba un suspiro —. Geesh, ¿cómo lo haces? Siempre pareces saber lo que estoy pensando.

—Los Dinkles en tu cabeza te delatan.

Ah, por supuesto. Y yo que pensaba que mi cara era muy obvia.

—Bueno, eso también —respondió Luna sonriendo —. Siempre que estás pensando te quedas mirando el cielo y haces esta cara.

Dicho esto, Luna posó su mirada en el horizonte con suma seriedad. Su ceño estaba levemente fruncido, su labio estaba entreabierto y sus ojos parecían perdidos en la infinidad del espacio.

Lo cierto es que se veía algo graciosa.

—¡Hey! Yo no hago esa cara —repuso Harry ofendido.

—Claro que sí. Es gracioso, te ves como si estuvieras perdido en el espacio-tiempo —respondió Luna mientras volvía a imitar dicha expresión.

Harry no pudo evitarlo, una risa escapó de sus labios.

Tal vez (y sólo tal vez) sí se veía un poco raro y gracioso; aunque eso no tenía nada de malo. De hecho, su risa rápidamente se le contagió a Luna, y antes de darse cuenta, ambos estaban riéndose como unos jóvenes idiotas.

Palabras al Viento [HarryxLuna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora