ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

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Samantha Slim.

5 junio 2020, Ciudad de México.

Las visitas a mi padre siempre eran algo difícil, no puedo decir que tengo una buena relación con el, pero era mi deber como hija "única", supongo.

-Padre-

Abrí la puerta mientras buscaba con la mirada, pero no veía su rostro por ningún lado.

-El no está, pero regresará pronto-

Tan solo basto oír su voz para que mi rostro se convirtiera en un poema de emociones.

-Ah, entonces creo que volveré después-

-No, toma asiento, el no debe tardar-

Su insistencia me fastidiaba.

-No pasa nada, no le digas que estuve aquí, volveré más tarde-

Tome mi bolso y salí de aquel infierno. No podía creerlo, mi padre no menciono que Sergio estaría aquí. Esto está mal.

Crecer como hija de Carlos Slim era difícil, pero lo más difícil era el. Sergio era el orgullo de mi padre. Tan solo bastaba con visitar la casa de mi padre para darse cuenta. Estaba repleta de revistas, cuadros y cualquier recuerdo de aquel piloto Mexicano. Por eso es que odiaba visitarlo, todo el rato hablaba sobre Sergio.

Me reuní en un pequeño café con Liana, una amiga mía, ella podía ayudarme.

-Holaaa- saludé amable- Estoy jodida-

-¿El piloto de nuevo?- asentí- Siempre trato de entender, pero simplemente no comprendo por qué lo odias-

-Y yo no entiendo por qué todos lo aman- suspiré frustrada

-Es guapo y es amable-

-Bien, soy la bruja en el cuento ¿Eso quieres decir?- rei- dejemos eso de lado, lo veré de nuevo en un rato, tengo que resignarme- suspiré- ¿Cómo va la boda?

-Bien!- Lía sonreía de oreja a oreja- Aparte dos lugares para ti, por si acaso-

-Gracias pero supongo que iré sola- rei

Liana y yo continuamos hablando de la vida, por un lado pensaba lo mucho que amaba a su prometido, es decir ¿La gente se ama tanto como para tomar una decisión así? Es espantoso el matrimonio y sin lugar a dudas, una cosa sin sentido. Por otro lado buscaba una solución, una forma de evitar a Sergio.

-Pero dime Sam-

Salí de mis pensamientos

-¿Al menos el sabe por qué lo odias? Ahora somos amigas, pero si un día me dejaras de hablar como si nada y no quisieras verme, me sentiría extraña- comento liana

-No lo había pensado, pero sinceramente lo mismo me da el, me ha costado llegar aquí y ahora estoy en paz-

-Bien pero, ya no eres la misma, siempre has sido independiente, pero en los últimos meses apenas y te he visto, apenas sales a vivir la vida, que aburrida, has una maldita locura en tu vida, aunque sea una vez-

Iba a contestar su comentario, pero mi teléfono comenzó a vibrar.

-Un momento- interrumpí a Lia- es mi padre-

Mi teléfono dejó de vibrar hasta que conteste

-Hola- hablé nerviosa- Ah, claro, iré enseguida- silencio- Okay, adios-

-¿Era tu padre?-

-Si- conteste desanimada- Quiere que vaya según el hablaremos de algo "importante"

Checo Pérez / LiarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora