Samantha Slim, Viernes 5 junio 2020, Ciudad de México
La adrenalina seguía en mi cuerpo. Hoy es viernes y hace mucho que no salgo de rumba. ¿Cuando fue la última vez? Ni siquiera lo recuerdo. Quería llamar a Liana, pero recordé que habia olvidado mi teléfono en casa de mi estúpido padre.
Nunca he salido sola, tal vez debería hacerlo hoy. Mi adolescencia la invertí en hacer sentir orgulloso a mi maldito padre. Tal vez ahora me tocaba disfrutar la vida.
Tome mis tacones, mi bolso, dinero y unas ganas de pasarla bien!
Llegué a un pequeño bar cerca de mi casa, el ambiente era genial, todos bebían y pláticaban animadamente.
Al inicio fue un trago, después dos, tres, cuatro...¿Cinco? Ni idea
Comenzaba a sentirme mareada pero tenía que ir al baño para llamar un taxi. Busque mi teléfono por todos lados, claro, lo había dejado. Mierda no estoy en condiciones de caminar.
-¿Problemas?- pregunto un apuesto hombre
-Si- rei
-¿Vives por aquí?-
-De hecho si, pero en este punto, no recuerdo cómo ir a casa- bromee
Ambos reímos, no recordaba que me volvía tan risueña con el Alcohol.
-Espera, ¿no eres tú Sam? ¿Amiga de Liana?-
-De hecho si- conteste confusa aún riendo- ¿Nos conocemos?-
-No personalmente, soy Ricardo, cuñado de Liana-
-Ah, mira que casualidad- reí
-¿Ellos están aquí?-
-De hecho no, estoy sola-
-Deberás venir a mi mesa, Liana me mataría si se entera que te deje sola-
Ma pareció que no me vendría mal compañía. Sus amigos eran amables y me hacían reír muchísimo, todos me trataron como si me conocieran. Me sentí bienvenida.
-Son mis mejores amigos- grite bromeando- Vamos, todos brindemos-
Tomamos nuestros vasos y bebimos hasta el fondo. Pronto perdí la cordura. Solo recuerdo que todos aplaudían al rededor mío. Un brazo sujeto fuertemente mi mano.
-Baja de ahí imbécil-
Nunca había visto a Liana tan molesta
-Tenias razón, quiero vivir la vida- me solté de su agarre y seguí bailando
-Samantha, ahora vives la vida pero mañana tendrás la cabeza jodida de tanto alcohol, baja de ahí maldita sea-
Cómo pudo, me arrastro fuera del local y me subió a su auto.
-Ricardo me llamo, me dijo que estabas muy ebria y que no sabía dónde vivías, por eso vine-
Todo me daba vueltas.
Pronto llegamos a mi casa, Liana solo me regañaba pero no puse prestarle atención cuando ví su auto, era Sergio. ¿Que hace el aquí?
-Hola- hablé bajando del auto
Liana corrió hacia mi, necesitaba ayuda para mantenerme en pie.
-¿Que paso?- la cara del piloto era un poema
-Pasa que no se por que estás en mi casa- grite furiosa
-Olvidaste tu teléfono, llegué hace unas horas pero no abrías y yo estaba preocupado, busque muchos cerrajeros, estuve a punto de llamar a la policía, creí que te había pasado algo- su voz parecía más seria, el estaba furioso
-Bien, ya estoy aquí, dame eso- quite mi teléfono de sus manos
-Apestas a alcohol, no te recordaba asi-
-Por lo general no lo es- hablo Liana
-Una mierda, hago lo que quiero y hoy me apetece que me dejen sola-
Me solté de liana, mala idea, caí directo al suelo. Sentí unos brazos marcados al rededor de mi cintura, intentaban levantarme.
-Yo me encargaré de ella-
ESTÁS LEYENDO
Checo Pérez / Liars
Fanfiction°Solo serán unos meses, solo finge que todo está bien- decía la voz en mi cabeza dándome ánimos- eso es lo que hemos hecho toda la vida° -Es verdad- conteste para mis adentros. *Anuncio* Este es un One shot, está historia será pequeña y fácil de lee...