Capitulo 3

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Quería seguir durmiendo, pero una voz no me dejaba, desesperada abrí los ojos.

-Auch-

Sentía mi cabeza echa pedacitos, era insoportable. Sé que bebi, pero no recuerdo nada, tuve que beber demasiado para estar así.

-Al fin despiertas-

¿Que hace el en mi casa?

-Perdon pero ¿Que haces tú aquí?-

-Me quede aquí, estabas ebria, Liana se rehusó a qué me quedara pero la convenci-

-¿Liana? Pero si no he ido de rumba con ella-

-Ella fue por ti, te pusiste muy impertinente-

No me lo creo. ¿Es enserio? Inicialmente me sentí apenada y decepcionada. Al carajo, la pasé genial. Una risa salió de mis labios recordando todo.

-No debería darte risa, pudo pasarte algo-

-Te diré algo, querido niño rico puritano- lo miré seria- pase años y años trabajando duro para hacer sentir orgulloso a un mal viviente como tú, que se hace llamar mi padre, yo creo que es momento de que yo disfrute de la vida-

La cara de Sergio era aún más seria, reflejaba enojo.

-No llames así a Carlos-

-Vale, ya recordé que les gusta chuparsela el uno al otro-

Estoy siendo tan irreverente por primera vez en muchos años.

-Samantha, nos guste o no, eres hija de alguien importante y podría hacerse un escándalo si sigues saliendo así, sin importarte nada-

-Ya entiendo, todo es por las apariencias- reí- por eso ahora tengo que ser tu novia, por las malditas apariencias- una risa aún más fuerte salió de mis labios.

-Sam, esto no es un juego, te comportas como una niña de 10 años-

Vale, tenía razón, calmemos esto un poco.

-Lo siento- arrugue la nariz- pero aún sigo molesta

-No importa-

Sergio camino hacia la cocina. Yo abrí mi cajón en busca de una pastilla, ya no soportaba más el dolor.

Tome una corta ducha. Para mis sorpresa cuando termine de colocar mi ropa, y camine hacia la puerta el seguía ahí.

-¿Sigues aquí?-

-Tu padre estuvo llamando, quiere verte-

-Dile que no, tengo cosas que hacer-

-¿Por qué no se lo dices tú?-

-Por que el ya sabe que no quiero verlo, no es necesario que se lo diga-

-Quiere hablar contigo, quiere pedirte perdon-

¿Ja, mi padre? Sus disculpas me hubieran venido bien hace unos años, pero hoy están demás. Aún así, me gustaría oír a ese hombre decir esas palabras.

-En ese caso, ire- sonreí malvadamente

-Yo te llevo-

Sergio y yo caminamos hacia el auto, el tuvo el gesto de abrir la puerta por mi, cosa que me sorprendió considerando que no somos los mejores amigos. Pronto llegamos a casa de mi "padre"

-Sam- me abrazo, su contacto me tomo por sorpresa y me hizo sentir incomoda- lo lamento-

Sergio nos miraba, yo solo me mantuve quieta, sin poder decir nada.

-Me preocupe por ti, Sergio me dijo que no estabas y yo creí que, no lo sé que algo te había pasado-

No se por que no me lo creo.

Checo Pérez / LiarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora