Checo Pérez / Liars

Capitulo 5

La mañana siguiente Sergio no estaba en la habitación, que maravilla.

Tome una ducha,me arregle un poco y después baje al desayuno.

-Llegas a tiempo- hablo Toño

-Toma asiento, es hora del desayuno-

Todos eran muy amables. Sergio hoy estaba más callado de lo normal, así que decidí jugar un poco.

-¿Cómo durmió mi solecito?- pregunté sonriendo

-Esta de malas, creo que no durmio- contesto Toño

Sergio me miró serio

-Checo, Samantha está siendo amable, ya quita esa cara por favor-

-Lo lamento- suspiro- No he dormido bien-

Evité reír ante su aclaración. El desayuno fue muy ameno. Iba a ayudar con los platos pero Sergio me interrumpió.

-Amor, ¿Podrías venir?- dijo amable

-Claro cielo, enseguida voy-

Camine tras el hacía la habitación y una vez dentro, la amabilidad desaparecio.

-Eres una descarada-

-Pero que dices, si tu te ofreciste yo no te obligue-

-Esperaba que después me invitarás a compartir la cama-

-Pero si te dije que no quería dormir contigo-

-Crei que era broma-

-Pues no lo es- sonreí

-Bien, Sam, por favor, tenemos que llevarnos bien, tenemos que hacer que esto funcione-

-El trabajo en equipo nunca fue lo mio- hablé- pero está bien-

-Nos quedaremos aquí hasta mañana, viajaremos a Austria temprano-

-Como tu digas-

-Tengo planes para que pasemos el día juntos-

Eso me tomo por sorpresa.

-¿Planes? ¿juntos? ¿solo tu y yo?-

-Si, comeremos aquí y después iremos a mi kartodromo, en la noche haremos lo que tú quieras-

Su rostro parecía tranquilo.

-Esto suena bien- conteste amable

Sergio salió de la habitación, yo, yo solo respire ansiosa. No negare que me emocione.

La comida había estado deliciosa como el día anterior. Sergio le dijo a todos que saldríamos, que no nos esperarán.

Emprendimos el viaje a el kartodromo. Era muy lindo y más grande de lo que imaginaba. Todos saludaron amistosamente a Sergio. Sergio estaba tan lleno de carisma, todos lo amaban, pero yo no conocía esa parte de el.

-Toma- extendío un traje y un casco

-Crei que yo te vería desde aqui- conteste sorprendida- es que, yo nunca he montado un kart y no es lo mio-

-Sera divertido-

Tome el equipo y me lo puse. Sergio ya estaba listo, el tenía su propio kart.

-¿Lista?- asenti- vamos a pasarla bien-

Los primero minutos tenía miedo y no manejaba con confianza, pero después la adrenalina me motivo y era más rápida. Tome la primer curva casi perfecto, la segunda estuvo un poco mal pero seguía siendo rápida, la tercera fue perfecta, casi en la curva 11 parecía que el kart y yo éramos uno. Al llegar a la meta después de varías vueltas detuve el kart, estaba cansada.

Sergio tenía una sonrisa en su rostro, camino hacia mi.

-Hiciste un buen tiempo-

-¿En serio?- sonreí- fue divertido- admití

-Me sorprendiste, no me superaste claro, pero es muy buen tiempo-

-¿Seguro que no lo dices por hacerme sentir mal?- bromee

-Seguro-

Ambos reíamos, estábamos felices, estábamos sintonizados.

-Bien, cámbiate, te veo en el auto-

Regrese el equipo a su lugar, más tarde regrese al auto donde el me esperaba.

-¿Que quieres hacer?-

-Estoy cansada, ¿te apetece si vamos a algún lugar bonito a ver el atardecer?-

-Claro-

El camino duro al menos unos 40 minutos, pero habíamos llegado a un hermoso lago con muchos árboles al rededor y lindas montañas

Ambos bajamos del auto.

-Es hermoso- hablé

-Lo es-

Admiramos el atardecer, un hermoso naranja coloreaba el cielo, se mezclaba con tonos azules y morados, un deleite para mis ojos.

-Me la pase increíble- sonreí- gracias-

-No hay de que- nos miramos

Nadie hablaba

-Lo siento- hablé yo- se que tú tampoco quiere estar conmigo, pero sin embargo haces el esfuerzo-

-Yo te metí en esto, es lo mínimo que puedo hacer-

El silencio regreso. Las estrellas comenzaron a verse en el cielo.

-Hace frio- hablo el

-Un poco-

-Toma- extendió hacia mi su sudadera- usala-

-No es necesario-

-si es, por favor, usala-

Seguí sus órdenes. Y de pronto sentí que por fin estaba con el Sergio que todos aman, con el Sergio que yo había conocido años atrás.

Miramos las estrellas unos minutos más.

-Deberiamos regresar- interrumpió el

Yo solo me límite a subir al auto.

El camino fue silencioso, pero no incómodo. De vez en cuando nos mirábamos y sonreiamos. Todo se sentía mejor ahora.
Llegamos a casa todos estaba dormidos así que no hicimos ruido.

-¿Que haces?- pregunté viendo cómo Sergio se recostaba en la alfombra

-Dijiste que-

-No, tienes que dormir bien, duerme en la cama-

-¿Segura?- asenti

Sergio entro a la cama, ambos guardamos nuestra distancia.