Detalles.
Tres semanas, ya tres semanas desde que estoy en Buenos Aires y la verdad es que me siento mucho mejor, mis compañeros de aula son agradables, hasta la gente me saluda en la calle al pasar por su lado, lo que si me paso varias veces es que al ser muy diferente su manera de hablar hay veces que no entendía nada, de igual forma no fue un problema muy grave, al ser mi madre de argentina mi manera de hablar es bastante parecida.
Me siento extraña y no se si es de mala o buena manera, no extraño mi país, no extraño México, tal vez si comidas o lugares.
La gente allá no es mala, claro que no, pero los adolescentes de la anterior escuela que fui eran muy... ¿como decirlo? ¿Malditos? ¿Burlones? No quiero decir que me hicieron bullying, pero fue algo parecido ¿capaz si sufrí bullying?
No lo sé, no lo creo.
Lo que si se, es que acá me siento segura y muchas de mi inseguridades no son tan fuertes como allá, eso me tiene de buen humor.
Conocí a un chico el martes pasado, es muy agradable y lo conocí de una manera linda y graciosa.
Fue en una plaza o plazoleta mejor dicho, fui a caminar un poco y lo vi sentado en un árbol leyendo... Sii están leyendo bien, "leyendo" yo literalmente me lo quede mirando unos varios minutos, me acerqué y no pude llegar a ver que libro estaba leyendo, pero de no sé donde me salió decir.
—¿Sos real?—me sentí estupida al hacer ese comentario, el clima estaba precioso como una tarde de otoño, con esa brisa y el sol sin estar fuerte.
—Emm... ¿si? ¿Por que no lo sería?—me respondió mientras me veía con una sonrisa. No es un chico Wow, pero no lo negamos, es bonito, tiene pelo largo castaño, tez clara, ojos marrones claro, y no sabría decir bien la estatura pero al rededor del 1,80 está.
Me reí y respondí —Es que no es muy común ver chicos leyendo en un árbol en una plaza, o plazoleta, todavía no se muy bien que es jajaja— todo lo dije con una sonrisa mientras lo miraba y al final el sonrió más conmigo... por dios que bonita sonrisa.
Dato de hoy, los chicos de Argentina son bonitos y sin duda también las chicas.
—Si, la verdad no es muy común, y por suerte no soy común, me presento, soy Thomas— Me dijo mientras se levantaba y sacudía para después ofrecerme su mano, la estreché y tiene manos grande.
—Soy Ariadna, y es un gusto conocerte Thomas.
Después de eso hablamos un rato, terminamos enterándonos que vivimos a dos cuadras de diferencia y que vamos al mismo colegio, es es un año mayor pero de igual vamos al mismo año de curso, solo que distinto salón.
Es lunes y estoy entrando al colegio, subo al primer piso y voy a mi aula que es la numero 6, me dirigí a mi asiento y como siempre después de aquel día Cassandra en cuanto llega se sienta junto a mi, es agradable, yo pensé que sería como la típica chica popular y desagradable... por suerte no.
Siempre me habla, saca conversación y la pasamos bien, tiene ojos color avellana, pestañas levemente largas y curvadas, tez clara y pecas desde la nariz que se difuminan hasta los pómulos, no tiene muchas, pero las tiene, es sociable, se habla con todos los compañeros y estoy siendo un poco más extrovertida gracias a ella.
Cuando Cass entra por la puerta con el número 6 en ella ve directo hacia mi y me dedica una sonrisa mientras se acerca.
—Ari ¿te puedo decir así? por que Ariadna es más largo— decía mientras se sentó al lado mío.
—Claro, me agrada, ¿como a estado tu fin de semana Cass?— pregunté dándome vuelta para verla de frente y dejando el libro que traje hoy en la mesa.
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Los 63 días
RandomTodo comenzó en México . En ese lugar tan feo. Con esa mudanza tan necesaria. Y luego un proyecto muy necesario.