❥︎07

156 33 0
                                    


Subió odiaba su vida.

Sobretodo en aquel momento en el que los principios de lo que fácilmente podría ser un diluvio caía sin piedad sobre la región y el no llevaba un mísero paraguas.

Al menos cargaba una chaqueta que le servía igual.

O algo así.

¿Quién le había dicho que era buena idea salir sin un paraguas cuando había estado todo el día nublado?.

Conciencia inútil.

Las calles permanecía oscuras a altas horas de la madrugada, siendo que muchos locales ya habían cerrado y lo único que quedaba iluminando la calle eran aquellos faroles defectuosos a punto de apagarse que podrían electrocutar a cualquiera que se atreviera a tocarlos. Su pequeño apartamento rentado parecía estar extrañamente lejos, quizás era porque debía retroceder dos pasos cada cinco ya que las gotas de agua caían directamente a sus ojos y apenas podía ver bien el camino. Para él el sonido de la lluvia que normalmente le resultaba agradable mientras estaba bajo la comodidad de su hogar comenzaba a tener otra perspectiva al tener su ropa interior empapada.

Y, spoiler, no es una perspectiva muy agradable.

Aún así, para su suerte o desgracia, no había nadie alrededor lo suficientemente estúpido como para salir en medio de la torrencial lluvia a empaparse como él o a darle cobijo al inocente.
Afortunadamente vio a lo lejos una pequeña parada de bus, un sitio relativamente seco considerando las circunstancias. Sin pensarlo mucho corrió hasta el lugar parcialmente iluminado que brillaba para él como una porción de descanso, permitiéndole finalmente respirar con calma cuando la lluvia dejo de caer sobre su cuerpo.

Paso su mano por su cabello mojado mientras maldecía en voz baja y ronca, el típico malestar en su garganta haciendo acto de presencia de inmediato, ya se podía visualizar a si mismo estornudando cada cinco minutos y sin poder hablar correctamente debido al ardor que atacaría aún garganta al despertar en un par de horas. Un resfriado sería increíblemente inconveniente siendo que estaba demasiado lejos de su fecha de pago regular y la farmacia había cambiado las etiquetas de precio esa precisa mañana.

—Maldita lluvia.

Estuvo a punto de tomar asiento para descansar dos minutos, disfrutar de un mínimo descanso incluso si se congelaba en el proceso, solo quería eso, dos minutos de tranquilidad relativa antes de retomar su camino a "casa". Pero todos sabemos que el universo es una puerta, y Sunoo se aferró a esa idea cuando un disparo se escuchó demasiado cerca para su gusto.

La mente y corazón de aquel citadino se dividieron en dos de forma inmediata y brusca, una parte estaba insultando a diestra y siniestra a todos los posibles causantes de aquellos infernales sonidos y la otra estaba rezando a todos los santos conocidos por su salvación.

Maldito el día en el que no le hizo caso a su instinto y de igual forma fue a trabajar.

El sentido primitivo de la supervivencia hizo su aparición, indicándole al azabache con altos índices de temor que huyera del lugar. Estuvo a punto de correr lejos incluso bajo la tempest cuando algo, o más bien algún se lanzo sobre él, la gravedad haciendo su trabajo como de costumbre y logrando que ambos cuerpos cayeran al suelo empapado.

Un tiro se escuchó en simultáneo a aquel trueno que resonó en la naturaleza y Sunoo juró que estuvo a punto de morir de un infarto si no era por una bala.

Pero para su sorpresa de si mismo, logro tomar el suficientemente valor para girar un poco su rostro y apreciar la mojada cabellera negra y piercings metálicos del muchacho a su lado, quién apuntaba a un punto específico frente a él con un arma que pudo haber apreciado mejor de no ser que bajó la cabeza para esconderla entre sus brazos al escuchar el disparo de la misma.

Luego de eso el silencio cubierto por el sonido de la lluvia fue su banda sonora, una que era acompañada por su respiración acelerada que inflaba y desinflaba su pecho contra el suelo y la de la otra persona a su lado. Su corazón latía desenfrenado aún después de que Jongseong se hubiese sentado en el concreto mojado segundos después, su respiración errática y voz ronca siendo un claro índice de que probablemente llevaba algo de rato en alguna persecusión o algo, gracias a los raspones recientes que dejaban correr sangre de sus codos podríamos decir que la carrera era reciente.

—Ya pasó, puedes levantarte— aseguro el más alto, ladeando su cabeza a un costado para poder observar al pelirosa que con cuidado y lentitud sacaba su cabeza de entre sus brazos.

Lo había salvado de lo que pudo haber sido una muerte segura.

Y él solo se dio cuenta de ello cuando al sentarse junto al pelinegro alcanzó a notar el cuerpo de un tercero que yacía sin vida a no muchos metros
de distancia, empapándose  y con su sangre siendo limpiada por las fuertes gotas de lluvia que no cesarían pronto.

—¿Qué haces aquí? Tu turno terminó hace una hora— inquirió el delincuente, pasando su mano por su cabello para alejar los mechones que se habían adherido a su rostro y mirando al azabache que continuaba lidiando con el impacto del momento.

—¿Eh?.

—Tu turno acabó haber una hora— repitió— deberías estar en casa— aseguró con un tono calmado que no concordaba con el momento, Sunoo tardó unos según en responder un simple "si".

Se levantó con cuidado del suelo, sin despegar su vista del cuerpo a cierta distancia, el hecho abrumaba su mente de una forma insana que le provocaba ansiedad, una que no se manifestaba en gestos particulares incluso si tenía a una ahora catalogable asesino frente a él, de quien, por cierto, debería alejarse cuánto antes. Jongseong al percatarse de la mirada del azabache sobre el que lo estuvo persiguiendo por bastante rato, se levantó y se interpuso entre Sunoo y el cadáver para que finalmente regresará a la realidad.

—Ve a casa, no te pasará nada— prometió Jay con una pequeña sonrisa que no aliviaba lo suficiente al de cabello rosa.

Cómo respuesta el más bajo asintió lentamente, perdido en el momento, se dió vuelta y colocando su chaqueta sobre su cabeza de nuevo, emprendió su camino a casa en completo silencio y bajo la bendita lluvia que se había convertido en un molesto rocío.

Demasiada información para procesar estaba atacando su mente en segundos.

Por eso Jay no dijo nada cuando notó como el muchacho se había ido por la calle incorrecta, y en su lugar prefirió seguirlo de lejos para asegurarse que no se perdiera por los alrededores de aquella zona tan podrida.

¿Y el cuerpo?, Bueno, la policía o las personas lo encontrarían pronto probablemente.

No era como que le importara mucho de todas formas.

_______________________________


1133 palabras

Hola lo siento por tardar en sacar el capítulo.

Les dejo la recomendación

«Convenience Store»ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora