«Convenience Store»ꨄ︎

❥︎08

Dos meses se habían cumplido desde que Sunoo llegó a aquel barrio para despejar su mente y alejarse de todo aquello que lo atormentaba, eso incluía familia y demás, incluso si así no lo deseaba.

En ese tiempo no había logrado conocer a nadie de forma adecuada, se mantenía en su burbuja social con su propia consciencia, conocer personas nuevas no era una prioridad, aunque eso no afectaba a que todos lo conocieran como "el niño de ciudad que atendía en la tienda de conveniencia".

Sus conocidos se limitaban a Heeseung, quién era su compañero, pero ya no veía más que una o dos veces a la semana si se encontraban en el cambio de turno; su jefe, el señor Kim, con quién no tenía una relación cercana realmente, pero era alguien que permanecía en sus contactos, al menos y ...

Y nadie más realmente.

A menos que contara al pelinegro que, a pesar de la primera impresión, se había comenzado a comportar un poco mejor con él, llegando incluso a a acompañarlo en silencio en los largos ratos sin clientes en la tienda o algo n los solitarios caminos de regreso a casa luego de un largo turno.

Pero no, no iba a contarlo.

Jongseong juraba que Sunoo no sabía que lo seguía para asegurarse de su bienestar, no obstante no podía estar más errado.

Por otro lado Sunoo quería saber a qué se debía la actitud del contrario.

Para ese punto ya se había acostumbrado a sus apariciones silenciosas, comentarios confusos, sus risas que parecían burlonas y sus brillantes e infartantes ojos oscuros que le intimidaban de vez en cuando, pero eso no le quitaba la curiosidad.

La primera vez que se vieron incluso lo amenazó indirectamente con un arma en su bolsillo, pero luego de un tiempo que ni siquiera fue tan largo comenzó a ser un poco más considerado, empático, quizás humano, no lo sabía realmente, no es como que él supiera algo sobre desarrollo personal y esas mierdas.

Tal vez solo estaba aburrido y le gustaba molestarlo.

En ese momento, aún pensado levemente en lo anterior, el pelinegro estaba sentado sobre el mostrador, mirando una presentación de un grupo musical en la televisión mientras que el por su parte continuaba ordenando unos paquetes de galletas recién traídas en las estanterías.

—¿Sabías que esa canción está basada en la historia de un puma de un zoológico coreano?— Comentó el pelinegro de repente, su voz sobreponiéndose al audio no tan alto de la televisión.

—Realmente no le he prestado mucha atención— confesó el azabache sin tomarle mucha importancia, —me gusta más la otra canción que tienen.

—¿Cuál?

—Esa que habla de hadas y shampoo, es más agradable para mí gusto— contestó a la vez que se encaminaba de regreso a su puesto tras la barra.

Jongseong siguió al más bajo con la mirada, el más bajo en su lugar mantenía su vista hacia el frente para no chocar con el borde del mostrador como las últimas dos veces que se distrajo viendo a uno de esos ídolos pop en la TV. En medio de su camino bostezo, parpadeo varias veces y paso  sus manos por su rostro para alejar el sueño de su sistema, regando así gran parte del maquillaje que cubría sus ojeras.