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Hay momentos en nuestras vidas donde simplemente queremos un nuevo comienzo. Siempre hay una gota que revisa el vaso y una frase que hierve nuestra sangre, al menos lo suficiente para hacernos decir "Basta".

Y está bien querer detenerse cuando creemos que nuestros problemas no tiene solución.

El ambiente se encontraba vestido con un gran filtro gris que lo cubría por completo gracias a la gran nube que abrazaba en el cielo al igual que las cantidades insanas de lluvia que empapaban todo el vecindario sin piedad alguna. Las calles permanecía vacías, las personas buscaban cálido cobijo en sus camas o al menos algo de energía para intentar despertarse para poder laborar, el olor a café recién echo inundaba la mayoría de los hogares y el del muchacho azabache de la tienda de conveniencia no era la excepción.

—¿Vas a venir?

—No lo sé — respondió, una mano sosteniendo el teléfono en altavoz y la otra ocupada en intentar servirse una taza humeante de café caliente en un intento por regular la temperatura de su cuerpo cansado.

—Vamos Sunoo, Minjeong no deja de preguntar si vas a venir o no el día de su boda, ¿Qué hago? Se está volviendo realmente irritante.

—¿Por qué tendría que ir? Ni siquiera somos hermanos de sangre, solo es la hija del hombre que decidió casarse con mi mamá — soltó Sunoo de manera tajante, si su madre lo hubiese escuchado hubiese recibido una bofetada en el rostro por insolente.

—Sunoo.

El nombrado bufó ante el tono de reproche que le dio su hermana mayor.

—Chaeryeong, no me interesa presentarme en esa boda.

Mira, sé que en algún momento hubo algo o no se que entre Niki y tú, pero es momento de soltar y apoyar a la familia,¿No crees?

Sunoo no había dejado su tarea de servir café en ningún instante, intentaba ser lento y en el proceso su mano había comenzado a temblar ante la simple mención de un particular personaje casi antagonista en esta historia. Un personaje que genera cada vez más situaciones hipotéticas de violencia en las cuales él era protagonista.

Si iba a continuar así necesitaría un psicólogo solo por la existencia de Nishimura Ni-ki, y eso no era algo que valiera la pena.

—Noona, escúchame. Minjeong no es mi familia, tú y Yeji sí lo son. Ninguno de los integrantes de la familia del esposo de mamá es mi familia, ¿Okey? Okey —respondió a si mismo, detuvo su hablar por un segundo para beber un trago de su bebida caliente y añadió— y lo que sucedió entre Ni-ki y yo no fue un momento, Minjeong acabó con una relación de cuatro años. Si puede ayudela a recordar ese mísero detalle.

Entonces colgó.

El lugar se mantuvo en silencio casi absoluto por más o menos seis segundos, tiempo en el cuál solo se podía escuchar el agua cayendo fuera de la casa y escurriendo desde el techo hasta caer fuertemente al suelo. Todo se mantenía imposible hasta que de repente y para cortar cualquier ambiente un grito frustrado escapó de la garganta del muchacho. Frustración, enojo, casi podría decir que hasta odio iba en aquella exclamación que aunque lastimó sus cuerdas vocales cumplió bastante bien su objetivo y logro funcionar como alguna clase de desahogo.

Solo quería salir y gritar hasta que su garganta ardiera y su corazón doliera un poco menos.

—Creo que llegué en mal momento.

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2022 ⏰

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