Al diablo

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La toma de la cintura, tomándola por sorpresa al levantarla, haciendo que ella enredará sus piernas en su cintura, la rubia cruza ambos brazos por su cuello acariciando con delicadeza su cabello, ambos se veían mientras el caminaba hacia la cama, Altagracia sentía que de su pecho saldría su corazón de lo rápido que iba, no podía dejar de mirarlo, esto que sentía era totalmente nuevo, nada comparado con aquel primer amor de adolescente que perdió hace mucho tiempo

Lo que ella escuchaba en su interior era como su corazón sanaba de tantos golpes que la vida de dió por un largo tiempo, se sentía feliz al decir lo que su corazón le gritaba, y eso era el amor que sentía por el empresario... Al llegar al borde de la cama este se sienta en el, dejándola a ella a horcajadas sobre su regazo

- contigo quiero tantas cosas mi amor - un destello iluminó esas esmeraldas que el amaba tanto ver, eso fue suficiente para unir sus labios con los suyos, sus manos bajan al borde de la blusa negra hasta sacarla de su cuerpo y dejarla solo en sostén, sonríe al ver su piel erizandose por su contacto

Pasa su dedo índice por sobre la fina tela de encaje, acercando su boca y dejando una fila de besos por ambas curvas, sintiéndose el hombre más afortunado del mundo por tener a la mujer más hermosa sobre sus piernas y semi desnuda, la ropa sobrante comenzó a estorbarles por lo que lo más lógico fue deshacerse de ella, dejando que ambos cuerpos se sintieran aún más cerca, en un movimiento brusco y repentino la rubia se deja caer sobre el colchón, atrayendolo consigo, caen envueltos de una carcajada contagiosa

- realmente te amo tanto - este sonríe al escucharla mencionar nuevamente esa frase

- no tienes ni idea, de cuánto te amo yo - vuelven a unir sus labios, mientras ambas piernas de la rubia comienzan a darle paso hacia su intimidad

La dureza de su pene choca contra la superficie de su intimidad, causando un leve gemido mezclado de una descarga de placer emanado de la piel de la ojiverde, sus manos presionan las sábanas al sentirlo de lleno dentro de ella, cada penetración era un gemido incontrolable, la respiración gruesa y los gruñidos del empresario no podían faltar, hacerla suya era la mejor y más adictiva sensación que ha experimentado su cuerpo

Logro sentir como sus paredes vaginales se contraían haciéndola más estrecha y más exitantes las embestidas, unos minutos después sintió como su espalda se arqueaba y cuerpo drenaba una sensación de éxtasis que estaba apunto de explotar, logrando sentirse liberada para poder seguir respirando, mientras tanto el empresario estaba a nada de llegar al mismo punto y cuando porfin lo logro, dejo caer su cabeza en el cuello de su rubia

- suspira - ¿Te parece si nos damos una ducha? - menciona al sentir como salía de ella con sumo cuidado

- te tengo una propuesta mejor - levanta su mentón para poder unir y deleitar esos carnosos labios que lo enloquecian

- ¿A sí y cual es? - menciona contra la comisura de sus labios

- ir a la ducha y hacerte el amor mientras el agua corre por nuestros cuerpos

- ladea un poco la boca - suena tentador, a ver dime más

- bueno te podría cargar hasta entrar - ella mientras lo escucha traza su rostro con su índice - te pondría frente a la pared mientras mis manos presionan tus caderas pegando tu hermoso trasero a mi cuerpo, luego mi mano izquierda sube hasta tus senos mientras que mi mano derecha baja por tu vientre hasta llegar a...

- ya entendí - lo caya con un beso - pero ¿que te parece, si sigues tu escena conmigo en la ducha?

- tienes razón, no pienso desperdiciar ni un minuto sin hacerte mía - se levanta de la cama, tomándola por las piernas para jalarla sorpresivamente hasta el borde de la cama

Juego De DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora