Una acusación pública si me hundiria

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Llegamos al hotel en donde lo primero que nos recibe es una alfombra roja, repleta de reporteros y fotógrafos, primero se encontraban alrededor de Alexander, quien, al verme bajar primero, se disculpa y se acerca a mí con una gran sonrisa, la cual se borra al ver a José Luis y Matamoros bajar después de mi

- Meine Liebe, me alegro de que hayas venido – se inclina para darme dos besos, lo cual solo acepto uno – José Luis, que bueno verte de nuevo

- Gracias por invitarnos

- No hay de que – le resta importancia a su presencia – Matamoros, mi amigo tiempo sin verte – hizo un a deman de abrazarlo, a lo cual Matamoros detuvo colocando una mano frente a ambos para estrecharlas

- No somos amigos – le contesta seco y muy serio, así es, mi mejor amigo nunca le termino de caer bien Alex

- Suspira – bueno pasen, dentro encontraran varios colegas que creo que ya conocen y otros que sé que se mueren por conocer a los dos más grandes empresarios de Latinoamérica – le encanta alardear – les parece un par de fotos para la prensa

- No cariño, no vine a hacer publicidad– la frialdad con lo que dije eso, le sorprendió a él y a los reporteros que se encontraban más cerca, me separó de el y comienzo a caminar hacia dentro, hasta que;

- Doña, soy periodista de la ciudad de México, ¿me contestaria algunas preguntas sobre su relación con la desaparición del jefe de la naviera de Veracruz? – esa pregunta me helo los pies, e hizo que el calor subiera por todo mi cuerpo

- ¿Cómo dices? – al girarme y verle la cara, mi memoria comenzó a recordarla, era la misma reportera que se encontraba el día que Navarrete apareció en mi empresa para proponerme aquel proyecto – a ti te conozco, yo jamás olvido una cara y menos de oportunistas como tu

- ella  o pareció ofendida por mi comentario, al contrario me pareció ver un gesto de satisfacción - Disculpe doña, pero mi trabajo es investigar casos sin resolver y saber porque personas como usted, están involucradas en desapariciones o asesinato y así desenmascarar y saber porque maquillan la verdad, con una sonrisa y una buena donación para el niño con cáncer o e su caso a mujeres abusadas

- Mira idiota – la tomo del brazo y su camarógrafo me acerca la cámara – Paga esa porquería, ¿Quién les está pagando?

- Altagracia contrólate – José Luis toma de mi muñeca con delicadeza para que soltara a la mujer – Matamoros encárgate, yo me la llevare – el asiente y José Luis me mete al hotel, antes de que alguien se nos acercara me lleva a una de las esquinas - ¿se puede saber que fue eso?

- Esa idiota estaba también en el aniversario de la empresa, antes de eso nunca la había visto y ese día, apareció con preguntas sobre Saul acusándome sobre un matrimonio falso, lo cual es cierto pero eso nadie lo sabía salvo de Matamoros, Eunice y Amado

- Ok, lo más seguro es que este con Cabral, y esa sea su manera de joderte

- Tal vez, una acusación pública si me hundiría

- Pero no pasara, le pediré a Genaro que la investigue – detesto esta presión en mi pecho que me advierte que no me calme, y que esto es algo serio – vamos a platicar un poco, sin llamar mucho la atención

- Tienes razón – él me sonríe y hace un ademan de alejarse, hasta que lo tomo de la muñeca y lo pego a mi – te amo – lo beso, me rodea la cintura con sus manos a lo que yo subo las mías hasta su cuello

- No hagas eso – se separa, pero no lo suelto y le dejo un casto beso – me pediste – vuelvo a hacer los mismo – que me comportara – y hasta que su mano me aprieta una nalga es que lo suelto – y si sigues así, no puedo y lo sabes mujer

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