Rafael se despertó desorientado ante el insistente sonido del móvil y del fijo de casa que, al parecer, se habían puesto de acuerdo para sonar a la vez. Alargó la mano y cogió el que tenía más cerca. La llamada era del trabajo. Le dio al botón verde todavía somnoliento y soltó:
—Espera un momento que está sonando el fijo —dijo a quien fuera que llamaba.
Después del día de perros que había sufrido, en el que lo único agradable había sido encontrarse a su vecina en paños menores, había soñado con dormir sin estar pendiente del despertador, ni siquiera ese ínfimo deseo había logrado que se cumpliera.
—No te molestes, también soy yo —contestó Isabel , la policía que se encargaba de las tareas administrativas en la comisaría en la que Rafael trabajaba.
En ese instante el teléfono dejó de sonar.
—¿Qué pasa? —preguntó ahora totalmente despierto. Había salido a las seis de la mañana, era su día libre, así que debía suceder algo para que le molestaran tan insistentemente, y seguramente no era nada bueno.
—Necesitamos que vengas a sustituir a Pepeto. Serán solamente unas horas, hasta que Nelson vuelva de casa de sus padres en la sierra —explicó sin entrar en detalles.
Nelson , su mejor amigo, había salido a la misma hora que él y, si había conducido hasta el pueblo de sus padres para pasar el fin de semana y ahora le tocaba volver, iba a estar de muy mal humor.
Mejor mantenerse apartado, se aconsejó a sí mismo. No obstante, fue entonces cuando se dio cuenta de lo que había dicho Isabel.
—¿Qué le ha pasado a Pepeto? —preguntó nervioso y preocupado.
—Se ha quemado las manos. Se les ha parado la patrulla y al abrir el capó se le ocurrió abrir el tapón del radiador sin esperar a que se enfriara y se ha quemado.
Estará de baja unas semanas, así que tendremos que buscar a un externo —comentó visiblemente molesta por el incidente y por el trabajo adicional de esperar al sustituto que mandara el Ministerio, si es que lo mandaba, que con la crisis todo estaba muy mal. Si no lo mandaban iban a tener más trabajo de lo normal, tenía que haber un mínimo de efectivos en cada turno.
—Voy para allá —se limitó a decir y colgó antes de que Isabel pudiera responderle.
El reloj de la mesilla de noche marcaba las 14:00h, había dormido ocho horas y estaba hambriento. Se vistió a toda prisa y se recalentó el café que había en la cafetera que, si bien no olía como tal tampoco es que oliera muy mal.
Sin azúcar que mitigara el sabor ni nada que lo endulzara, se lo bebió de un trago mientras buscaba en los armarios de la cocina algo que echarse a la boca. Encontró un paquete de galletas, pero estaban blandas y las tiró a la basura con cara de fastidio. Iba a tener que entrar en el hipermercado de la esquina y comprar algo que se pudiera calentar y comer, o iba a desfallecer de inanición por el camino.
Cuando llegó a comisaría con su lasaña congelada, su refresco y sus patatas fritas, algunos de sus compañeros ya estaban en el comedor con sus viandas y el programa de cotilleos puesto. Para que luego dijeran que las cotillas eran las mujeres. Con la excusa de ver a la presentadora, se enteraban de todo lo que se cocía en el mundo rosa y luego regañaban a sus parejas porque hacían lo mismo todas las tardes.
Se hizo el silencio cuando empezaron a salir modelos en traje de baño, algunos diseños eran casi inexistentes. Sin poder evitarlo la cabeza de Rafael se llenó con los recuerdos de Alejandra en ropa interior...
Las compañeras pusieron cara de fastidio y siguieron charlando, prestando poca atención a la televisión.
Las caras de emoción de ellos dieron paso al asombro cuando la voz en off de la presentadora cañón, habló de la fotógrafa encargada del reportaje que comentaban, y se pusieron las imágenes correspondientes a la susodicha: una preciosa mujer que se movía con elegancia entre los focos, los maquilladores y los peluqueros que había en el escenario en el que una rubia de escándalo sonreía y agitaba su melena de un lado a otro.
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NO TE VAYAS ESTA NOCHE
RomanceAlejandra es una mujer de éxito, fantástica en su trabajo como fotógrafa de moda. El problema es que es un desastre en la vida real, propensa a los accidentes y con un nulo sentido de la orientación, su vida transcurre entre percances domésticos y c...