❋ Un verdadero castigo divino o el destino del Rey Demonio en su nueva vida...
❋ Esta es una historia que sucedió después de los acontecimientos en el manga de Kimetsu no Yaiba. Aunque los personajes poseen los mismos nombres se trata ni más ni nada...
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✎ Una nueva vida para aquellos pequeños estaba a punto de iniciar, algo completamente diferente a lo que estaban acostumbrados y por supuesto no era la persona indicada con la que debían experimentar aquello; el hecho de acoplarse a tener una figura paterna, de recibir amor o demás cosas.... Aunque ¿Muzan de verdad podría hacer aquello?
Muzan: ¿Nakime, eh?....
✎ Seguía leyendo aquella publicidad. Cuando terminó de analizarlo cerró la puerta, la cual en vez de hacer un sonido común.... ¿Soltó un grito?
Gyutaro: ¡Waaa!
Muzan: ¿Qu–
✎ Olvidó por completo que Gyutaro seguía metiendo sus cosas a la casa, aquel grito no fue de la puerta sino de un niño. Un niño que se cayó porque recibió un buen golpe en la cara a causa de la puerta que fue cerrada con gran fuerza por Muzan.
Muzan: maldición...
✎ Este abrió la puerta nuevamente para que el niño entrase, quejándose con algunas lágrimas y metiendo las últimas cosas que le faltaban incluyendo su pequeña moto. Muzan les ordenó que se formaran frente a uno de los pasillos y ya ahí, como pequeños soldados, los analizó un momento, un minuto... En realidad fue mucho tiempo; un silencio tan incómodo que Daki intentó aguantarse las ganas de estornudar para que no fuera extraño. Hasta que por fin, Kibutsuji habló.
Muzan: Escuchen, hasta que no pueda deshacerme de ustedes... Tendré que poner reglas... – Suspiró molesto – Porque no puedo tenerlos aquí haciendo lo que les de su maldita gana. Así que les haré una lista y si se olvidan no se las recordaré, lo diré una vez sin repetir y sin pausas. ¡Atención! Pequeños inútiles....
✎ Y así, empezó a nombrar las reglas. Una por una en un tono tan intimidante que Akaza casi se hace pipí en los pantalones.
Muzan: Regla número 1: No me llamen "Papá" o algo así, no soy su padre ni lo represento. Regla número 2: Tampoco se encariñen conmigo, que les quede claro de una vez. Los odio Regla número 3: No me hago responsable si se hacen heridas de cualquier tipo, si necesitan ayuda vayan con alguien más yo solo les brindaré un lugar en donde quedarse por ahora. Regla número 4: Se levantarán temprano, no quiero niños flojos y tontos.
Akaza: Ya oíste Douma, mejor vete
Douma: ¡Akaza!, eso es cruel...
Muzan: Regla número 5:... Respetenme y no me interrumpan de nuevo....
✎ Había sonado más como una amenaza eso último que todos se pararon derechos de nuevo asustados. Kokushibo estaba tan asombrado de aquel hombre que sus seis ojos, a pesar de ser siempre fríos, brillaban. Lo admiraba y solo pensaba en que sería genial vivir ahí ahora.
Muzan: Por último, no me voy a aprender sus tontos nombres así que les pondré números. Serás número 1, número 2, número 3.... y número 6
