Epílogo

611 53 39
                                    

Moriría de amor, pero desde que te conocí. Podrías tener mi corazón y lo rompería por ti.

Narra Violet:

Tratando de tener cuidado con lo que se encuentra dentro de mi pecho, olvido todos los sueños donde tengo todo lo que quiero incluso si es una pesadilla para cualquier corazón que se haya atrevido a quererme y recuerdo que a mi lado se encuentra el único cuerpo que enterrará el mío cuando la vida llegue a su fin. A continuación, despego mis párpados del absoluto sueño y me presto ante el deseo de querer hacer mía a la mujer que rompió mis cadenas para liberarme del mal absoluto; dicen que es un error querer al enemigo, pero nadie alerta a tu corazón de la forma en la que los prejuicios dañan. Y las verdades curan. Es entonces cuando alzo mi brazo con intenciones de abrazar su cintura, de acariciar su vientre con la palma de mi mano y me doy cuenta de que solo las bajas temperaturas invaden unas sábanas que huelen al champú que siempre toman su cabello azul. Jazmín con una pizca de miel. Me recreo durante unos minutos en el placer de saber que esa chica me pertenece. Y no de una manera material, espiritual.

– Violet. – Escucho que alguien dice mi nombre detrás de esa grande puerta de madera talada con los mejores dibujos que un carpintero puede hacer con sus simples herramientas y recuerdo apagando mis fantasías, que hay una guerra de día y de noche que invade el lugar donde crecí y el lugar donde me enamoré.

Rayos de sol se mecen sobre mí haciendo imposible mi estancia sobre la cama y antes de abandonarla, pienso que mi opuesta se ha marchado antes por cuestiones laborales o simplemente porque desea prepararse para la jornada que acontece. Alzando mi voz en modo de afirmación, camino descalza hasta el lugar donde mis prendas descansan después de que fuesen arrancada por una francotiradora con muy poca clase cuando se reunía conmigo. Me ha puesto un anillo con su nombre, Mel. Aquellas palabras salen de mis húmedos labios cuando me percato colocándome cada uno de los botones de mi camisa negra, de que mi anular es rodeado por un anillo dorado. Nunca me había emocionado por detalles románticos antes de pisar la mansión de esta chica, mas ser consciente de que algo me unía de una manera tan pura a ella. Consumía mi cuerpo en una especie de ilusión que muchos llaman amor o esperanza. ¿Crees que nos llegáremos a casar? Antes de digas algo, sé que hace semanas no quería ni pedirle salir pero... Imagínatela por un momento con un vestido blanco y diciendo "Si quiero" a una zaunita. Joder, provocaría un ataque de corazón a la mitad de la ciudad. Sueno como una adolescente un mes después de conocer a su primer amor, pero no me importa declarar todo lo que deseo cuando no puedo dejar de sonreír. Habíamos dejado de discutir y éramos las mejores en el campo de batalla. Acercándome durante unos segundos a la ventana más cercana, observo que todo permanece calmado, incluso cuando ayer fue el peor día de las vidas de numerosas personas. Una tregua parece haber calmado la guerra que iba a terminar con todo a su paso. Oye, estás muy callada. Ratifico al no escuchar ni siquiera una risa como respuesta a mi locura. Seguidamente, poso mi mano derecha sobre el manillar frío de lo que me separada de la consejera y siento como una corriente eléctrica recorre desde mis pies hasta el último mechón de mi cabello rosa. Como consecuencia de una premonición, admiro el uniforme de Caitlyn colocado sobre una percha y su sombrero de copa alta. Y sin pensarlo dos veces, me encuentro con Merdada.

A su alrededor hay dos Vigilantes que sin involucrarse en una conversación conmigo, entran a mi refugio. Quiero preguntarles qué hacen, por qué mueven ciertas brochas por los escenarios donde mis labios se besan con los de Kiramman.

– Jayce quiere hablar contigo. – Avisa con un tono modesto e incluso serio. Su mirada apunta al suelo,  cómo si estuviera pensando en un millón de cosas que todavía no me puede revelar. Y antes de que pueda aceptar, sus pies comienzan a caminar por esas baldosas que cada vez se vuelven más imposibles de atravesar. Que cada vez se parecen más a enormes arenas movedizas.

Devil meets Kiramman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora