Narrador omnisciente:
( Veinticuatro horas después de la explosión. )
Fotogramas momentáneos proyectaban en su cabeza todo lo que había provocado como una sola orden. Ella era la responsable de que el puente se hubiera convertido en espectaculares fuegos artificiales que alumbraron la noche y en escombros que ahora eran la representación exacta de lo que es la unión forzada. Durante unos instantes, no se atrevió a respirar. Su corazón estaba entrando en una especie de éxtasis melancólico después de haber visto a su némesis caer de una vez por todas. Estaba segura de que no había sobrevivido a los disparos y mucho menos al estallido. Pensar que ahora estaba bajo ese mar de ceniza, era su mayor logro.
Un rayo translúcido de luna entraba por la ventana cuando se sumergió en el hogar de Silco. Fue entonces cuando llamó repetidamente al que era su padre, sin embargo, se encontró con una nota que le avisaba que estaba fuera; disfrutando del nuevo Zaun con Sevika. Estaba acostumbrada a estar sola, pero ese anochecer pensaba que sería acogida con los brazos abiertos y con una sonrisa. Más todo había sido una ilusión. Prefirió estar en plena oscuridad, así que simplemente se sentó en su sillón descosido y descolorido. En consecuencia a esa acción, su mente comenzó a visitar lugares que no extrañaba y reaccionó al dolor mental presionando sus labios; Jinx había hecho todo lo que deseaba y aún así, su corazón seguía castigando todo de su ser.
Ella no era mala persona, solamente se hallaba muy rota.
Al cabo de unos minutos, comenzó a sentir cómo su brutal insania tomaba el timón y unas carcajadas salieron de su garganta seca. No obstante, el silencio inundó la escena cuando una persona rompió el cristal de una de las ventanas. Alguien en su sano juicio se hubiera sorprendido y habría utilizado lo primero a mano como arma, pero la zaunita se inclinó por quedarse donde estaba y cerrar su garganta. Incluso cuando pudo ver por el rabillo de sus ojos, quién era el intruso.
– Pensaba que la explosión te había alcanzado. – Arrastrando palabras que transmitían un enorme alivio, Ekko se dirigió a la chica de la que estaba enamorado para arroparla con un fuerte abrazo; a pesar de que la anatomía de ella se mantenía completamente inmóvil. Aquel hombre sabía todos los detalles de los planes de Silco, excepto aquel que le daba a Jinx el control de originar un desastre masivo.
Posteriormente, se apartó con una sonrisa; sabiendo que todo se había acabado de una vez por todas. Nada unía a su persona a seguir con el industrialista y eso significaba que ya serían capaces de tener la vida que habían soñado. Incluso antes de que la chica de ojos magenta ingresara en la cárcel. Por ende, acunó el rostro de la pequeña con su mano derecha y respiró hondo.
– Tenemos que salir de aquí. – Sin querer pasar ni un segundo más en el lugar que convirtió a Powder en lo que es ahora, colocó su monopatín sobre el suelo para que el mismo fuese encendido gracias a la gravedad. Ambos poseían un hogar cerca de un árbol, cerca de una comunidad a la que cuidar. Por consiguiente, el mayor agarró el brazo tatuado de la menor para tirar del mismo y que se montasen sobre el vehículo.
Sin embargo, Jinx mostró resistencia ante esa acción.
– ¿Me querrías a pesar de todo? – Esa pregunta por parte de la chica hizo que el corazón del joven sabio diese un vuelco. Cuando pones en duda el amor de alguien que sabes que tienes es porque le has fallado.
– ¿Qué has hecho...?
Tan pronto como su voz se sumergió en aquella suspensión, la maniática chica de trenzas azules se levantó para aproximarse a la ventana destruida. Sin miedo a que los cristales del suelo tocasen su piel, sujetó un fragmento con su dedo índice y pulgar. He sido yo la persona que ha derribado el puente. Vio cómo su amado tragaba saliva tras esa declaración que la volvía culpable. No pasa nada, Silco te ordenó eso. Ekko la disculpó inmediatamente e intentó que una curva de sus labios le ofrecieran calidez. Por consiguiente a esas palabras, admiró cómo Jinx reía y tomaba el afilado filo del vidrio para hacerse un corte recto en la palma de su mano. Al contemplar la sangre derramada, el chico la socorrió inmediatamente parando la hemorragia con su propia extremidad. Lo hice porque Caitlyn estaba ahí. Aprovechando la preocupación que tenía su contrario, confesó haber matado a la persona que su hermana amaba. Dime que ha escapado. Para él, esas palabras por su parte fueron estúpidas e ilógicas. No obstante, su mente no podía asimilar que estaba con una asesina a sangre fría. Todos obramos de maneras horribles cuando no nos quedaba otra; pero en este caso, ella podía elegir perfectamente no hacerlo. Me encargué de que no pudiera hacerlo. Honesta proclamó su última verdad y ocasionó que Ekko se apartara. Su labio inferior temblaba, todo de él tiritaba.

ESTÁS LEYENDO
Devil meets Kiramman.
عاطفية"Persigue a la muerte en la oscuridad de la condenación, apiádate de tu propio ser y deja que el demonio salga de la prisión." Bajo el crepúsculo eterno, se rige una región llamada Zaun, desamparada y concomida por los pecados más humanos. Sobreviv...