LUMITY- JUNTAS POR SIEMPRE💘

CAPITULO: CUARENTA

Amity: me puedes decir ahora, porque le haz contando todo eso a Liam?.- pregunto la castaña que se encontraba mirando fijamente el camino, para después mirar a la gobernante de los vampiros, tensar su mandíbula y apretar más sus manos al volante.- Luz... Habla conmigo, quiero que tengamos la confianza que hemos tenido estos años, se que estás cargando con algo muy pesado en tus hombros y estás responsabilidades solo hacen que encierres más tus sentimientos.... Por favor, te pido que hables conmigo.

Luz: E-estoy, bien enserio. no tienes por qué preocuparte, en tu embarazo no te hace bien- respondió ella evitando tocar el tema.

Amity: Si quieres que no haya nada que perjudique mi embarazo. Es necesario que hables conmigo. Porque enserio que estoy muy preocupada por tu actitud.

Luz: O-okey.- suspiro dándose por vencida, y comenzó a estacionarse aún lado de la carretera, cerca de un hermoso lago- Ven conmigo, acompáñame.

-tras esto, Luz salió primero y luego abrió la puerta del auto, dónde Amity venía para ayudarla a bajar y ambas comenzaron a caminar en dirección al lado, una vez que llegaron Amity se sentó en el suelo, y Luz se colo detrás de ella abrazándola y cubriéndola con sus brazos y piernas

Amity: Me dirás ahora lo que te está pasando?.- dijo rompiendo el silencio. Y tras un suspiro de la morena comenzó a prepararse para hablar.

Luz: Sabes... Durante toda mi vida, y como le dije a Liam. Yo crecí con muchas limitaciones. Mis madres, mis hermanos y yo misma sabía que era diferente a ellos por los poderes que tenía.- hablaba ella, con la mirada perdida.- Mis madres, insistían en que yo, era como mis hermanos. Pero no creía lo mismo que ellas... Conforme fue creciendo, mis habilidades también y con ello nuevos cambios en mi vida comenzaron a surgir. 

Era consiente de que tenía más fuerza que mis hermanos y aunque fuera menor que ellos, no podia jugar sin el temor de lastimarlos.. cuando mi madre Eda, sacaba la sangre yo comía lo más rápido posible para poder levantarme de la mesa e irme antes de que pudiera hacer algo de lo que me arrepintiera. Cuando tenía, ocho años, mis hermanos comenzaron a ir a una escuela, yo por otro lado. Tuve que recibir clases en casa por el mismo temor de poder lastimar a alguien. Así que nunca tuve un amigo de niña. Había días incluso, en los que no veía a mis hermanos, sentía celos de que ellos pudieran tener una vida con normalidad y yo no.

Fue entonces que decidí alejarme y refugiarme únicamente en los libros y la música, durante todo ese tiempo mis hermanos hicieron lo imposible para acercarse a mi, pero en ese entonces ya era muy tarde. Mi personalidad se había vuelto fría, calculadora, intolerante y vacía.

Esto, nunca lo supieron mis madres, pero desde los 10 años, comencé a desarrollar un apetito incontrolable por la sangre, y al no querer atacar humanos, salía de casa a hurtadillas para cazar uno que otro conejo u ardilla cerca. Los primeros años después de eso, me fue bien y pude controlar mi sed de sangre a base de animales, pero cuando tenía 12, una noche simplemente la sangre de animales no me sacio y segada por los instintos, me acerque a una pequeña aldea y los ataque a todos. 

Nadie había sobrevivido a ello, y para cuando me di cuenta y volví en si. Estaba totalmente cubierta de sangre de personas inocentes. Cuando mi familia lo supo, obviamente ocultaron las pruebas. Yo por otro lado, me encerré en mi habitación durante meses, no salía, no comía, no dormía. No podía hacer más que llorar y arrepentirme una y otra vez por lo que había hecho.

Intente suicidarme lanzandome desde altos riscos, y también trate de ahogarme en el océano. Pero nada funcionaba. Mi vida se había tirado a la basura y yo solo quería morir para liberar al mundo de mi existencia. Mis madres me decían que parte de la culpa era de ella, por no haber visto las señales de que yo no era norma. Cerca de cumplir los 18, yo decidí que quería estar lejos de todos, así que me fui a estudiar a Italia.