Capítulo 11

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En cuanto llegamos a casa, todos empezaron a preguntar en su mente como habían terminado las cosas, les dije bajo mi aliento que hablaría con ellos después, primero tenía que hacer que Jimin se quitara esas ropas húmedas y entrara en calor. Lo que menos queríamos era que el pequeño se enfermara, Hye Sun le preparó un baño caliente y luego lo secó muy bien antes de enfundarlo en gruesas ropas para mantener el calor.

Jimin ha sido un niño muy sano, solo ha tenido unos cuentos resfríos, pero todos han sido muy leves, se podría decir que usábamos a nuestro favor los dones de nuestra familia. Joo Won, lo medicaba con antigripales en cuanto Taehyung nos avisaba y Hye Sun lo llenaba de caldo de pollo. Hoseok y yo nos encargábamos de mantenerlo tranquilo mientras Taehyung y Jin le contaban historias o le leían cuentos. Namjoon se mantenía al margen porque siempre que esos dos estaban juntos Jimin no se quedaba quieto un solo minuto.

En cuanto su cabeza toco mi pecho cayó profundamente dormido. Acaricie sus cabellos pensando en lo que hablaría mañana con él, lo llevaría al bosque y nos sentaríamos en la rama más alta de nuestro árbol. Creo que ha llegado el momento de explicarle las cosas con más calma y profundidad. Él es un niño grande y muy maduro para su edad.

—No soy un recogido...—murmuró mi pequeño ángel en sus sueños enterrando su rosto en mi pecho.

—Claro que no lo eres amor, eres lo más importante de mi vida—me susurre besando sus cabellos, molesto porque los comentarios de esos chiquillos le hubieran calado hondo.

—Se va a enfermar...—murmuro Taehyung desde su habitación. Suspire apesadumbrado.

—Será serio? —le pregunté.

—Más de lo acostumbrado, pero no para entrar en pánico—dijo y me mostró las imágenes de mi pequeño estando convaleciente. Todo porque esos niños los sacaron de la casa todos mojados con helado y con ropas poco abrigadoras mientras estamos en pleno otoño. Trate de mantener mi enojo a raya.

Lo sentí temblar sobre mi pecho, su temperatura estaba empezando a subir. Lo más seguro era que tuviera calosfríos. Trate de recostarlo en la cama para alejarlo de mi gélida piel, pero sus manos se aferraron fuertemente a las mangas de mi camisa.

—No...—dijo abriendo sus hermosos ojos que estaban un poco rojos—me siento mal... no me dejes—suplicó.

—No me iré a ningún lugar, pediré que te traigan medicina, nunca te dejaría, descansa pequeño—le susurré acariciándole su cabello, cuando puse mi mano en su frente murmuró complacido. La fiebre le estaba subiendo más rápido de lo que pensé.

Jin entró enseguida con el brebaje color rojo, aun no sé cómo los humanos pueden tomarse esas cosas, supuestamente tiene sabor a fresas, pero siempre lo dude porque olía a cualquier cosa menos a fresas.

Jimin se tomó la medicina bastante atontado, mientras Hye Sun estaba al teléfono con Joo Won informándole de la situación. Mi padre nos dio las instrucciones a seguir, así que le permitía recostarse sobre mí mientras hervía en fiebre y cuando empezaba a temblar de frío le poníamos una gruesa manta encima.

Le administramos la medicina cada cuatro horas como dijo Joo Won. Durante cortos periodos Jimin me llamaba, su dulce voz teñida por el malestar. Me sentía impotente, mi ángel estaba sufriendo y yo no podía hacer nada, estaba empezando a desesperarme.

—Volveré a llamar a Joo Won—dijo Hye Sun, saliendo presurosa de la habitación. Sus pensamientos me dejaban ver que estaba tan preocupada como yo. Después de todo Jimin era lo más cercano que tenía a un hijo de verdad. Con nosotros era diferente, ella nos adoptó cuando ya éramos unos hombres, sin embargo, a Jimin lo cuido desde una semana de nacido prácticamente.

El corazón de Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora