Capítulo 18

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—Como tu pareja...—dijo antes de posar sus labios en los míos.

El contacto de sus labios sonrojados me sorprendió por uno segundos, este momento lo esperé durante largo tiempo. Cuando sentí que sus labios se estaban deteniendo, reaccioné y los míos empezaron a moverse tan torpemente como los de él, éramos dos inexpertos en nuestro primer beso. Su corazón empezó a latir con fuerza y su cálida lengua contorneó mis labios. Quería estrecharlo contra mí, pero tenía miedo, mis manos seguían apoyadas en el tronco del árbol, sus manos se aferraron a mi cuello y luego a mi cabello, sabía que estaba manteniendo todo su peso con sus manos porque sus pies habían dejado de tocar el suelo. Nuestra diferencia de tamaño era bastante así que deslicé una de mis manos de la seguridad del tronco a su espalda, Jimin tomó la iniciativa de envolver torpemente sus piernas en mi cintura y cuando en su camino hacia allí tocó mi problemático miembro solté su espalda y aferré el árbol. La intensidad de la sensación fue tanta que sentí como la madera se convertía en astilla y polvo bajo la punta de mis dedos.

—¡Ups! —musitó.

—Eso es quedarse corto. —apreté mi mandíbula y traté de controlar los músculos de mis brazos. El árbol protestó cuando lo solté.

—Quisiera creer que esto que sentí de ti fue real, que no fue otro de mis muchos sueños—susurró recostando su cabeza en mi hombro. —tengo miedo—me confesó como si fuera el mayor de los crímenes.

—No quiero que me tengas miedo—mi voz sonaba a lamento. El me temía, ¿se había dado cuenta al fin de la egoísta y deplorable criatura que soy?

—No te temo a ti—acarició mi rostro, levantando su cabeza para mirarme a los ojos.

—Entonces, ¿a qué le tienes miedo? —lo miré fijamente.

—A no ser correspondido. —bajó su mirada y solté una de sus piernas para llevar mi dedo a su mentón y subirlo. Era el momento de confesarle la verdad.

—Jeon Jimin...—tomé un mechón de su cabello y lo puse detrás de su oído—te he amado desde el primer momento en que tus ojos se encontraron con los míos hace dieciséis años. —lo miré fijamente. El suspiró.

—Como tu hermano supongo... no digas que como tu hijo porque eso sería...—solo sacudió su cabeza y la escondió en mi cuello. No podía creerlo, el aun no entendía que lo amo.

—Hace casi un año que me di cuenta que lo que sentía por ti estaba muy lejos de ser el amor que se siente por un hermano, amor. Créeme que no te veo como a Jin o Taehyung—le susurré y su cabeza dejo mi cuello como si fuera un resorte, puso sus manos a ambos lados de mi rostro y miró en mis ojos buscando la verdad. —Tú no sabes cuánto tiempo he esperado por ti. —incliné mi rostro y rocé sus labios con los míos por unos breves segundos.

—Siempre quise que fueras mi primer beso—me confesó sonrojado—Espero no haberlo hecho muy mal—murmuró.

—Nunca pensé dar mi primer beso y te digo que no pudo haber sido más especial—sus ojos se abrieron mucho. Yo reí con suavidad, el día que le iba a explicar él no me dejo. —Al menos tengo eso en común contigo, amor. Puede que no tenga alma, pero tengo mi castidad

—¿Es por eso que Nam, siempre ha dicho que eres un santurrón? —si hubiera sido humano, la incredibilidad que teñía su voz me hubiera hecho sonrojar.

—Ya sabes cómo es Namjoon—murmuré avergonzado, mis ojos se fijaron en sus labios y los rocé con mi pulgar; estaban un poco hinchados. —Ya quiero ver su cara cuando le digas que soy tu novio— Mi ángel mordió su labio y en sus ojos había duda. —Dime que estás pensando—le rogué.

—¿Eso es lo que eres? —en sus ojos brillaba la emoción.

—Se podría decir... estoy algo viejo para ser el novio de alguien, pero por ti lo que sea—bromeé. El rodó sus ojos.

El corazón de Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora