El corazón de Jeon Jungkook

Capítulo 24

—Jimin...—dije cuando al fin pude encontrar mi voz.

—¿T...te gusta? —me preguntó dando la vuelta suavemente, dejándome ver como el tejido casi transparente se amoldaba a su piel en ciertos lugares.

Tragué en seco y me acomodé en la cama para ocultar mi evidente estado de excitación.

—Estas muy hermoso—dije entre dientes. Traté de combatir las ganas de saltar sobre él y tomarlo entre mis brazos hasta que ambos perdiéramos la razón.

Él me sonrió pícaramente cuando pasó su mirada sobre mi cuerpo, por lo visto no había logrado ocultar del todo la reacción que mi cuerpo había tenido. Cuando se puso a gatas sobre la cama y me dejo ver mucho más de cerca su cuerpo.

—¿No vas a abrir tu regalo de cumpleaños? —me ronroneó tratando de ser seductor, pero su rostro estaba completamente rojo, al igual que su cuello y pecho.

—Jimin, amor... no podemos—traté de razonar con él mientras aun pudiera.

—¿N...no me deseas? —su labio inferior tembló y yo suspiré. Lo senté en mi regazo.

—Jimin... claro que te deseo. Te deseo más de lo que puedes imaginar... no tienes idea de las cosas que quiero hacerte—acaricié su rostro. —pero viéndote de esta manera—acaricié la tela transparente—me está volviéndolo tan loco, que si te pongo un solo dedo encima...—deje escapar el aire de mis pulmones. — no puedo hacerte daño—sabía que mi voz dejaba notar lo torturado que me sentía

—Jungkook... tú me deseas... yo te deseo—tomó mi mano entre las suyas y la colocó sobre su firme, delicioso y tibio pecho.

Deje de respirar, use todo mi pobre autocontrol para no gemir. Jimin tenía su labio firmemente presionado y yo solo quería succionarlo entre los míos, dejar que el deseo me guiara directo al infierno.

—Jeon Jimin—respiré cuando él tomó mi otra mano y la colocó en su trasero.

—No tenemos que llegar hasta el final si te preocupa hacerme daño... pero podemos...—miró a un punto sobre mi cabeza para no verme a los ojos—practicar.

—Jimin... no tienes idea de lo que me estás haciendo—mi mente estaba casi nublada por la inesperada y desconocida sensación de su piel bajo mis manos.

—Por favor Jungkook... no me rechaces—susurró acercando sus labios a los míos.

—Accedo a practicar—le dije respirando pesadamente—pero si considero que es demasiado me detendré... ¿de acuerdo? —mi voz sonaba ronca, totalmente desconocida a mis oídos. El asintió uniendo sus labios a los míos.

Lo besé tentativamente, probando mi control mientras mis manos estrujaban la piel bajo ellas. Debo decir que se sentía más que bien. Jimin, gimió mientras lo acariciaba con suavidad, tratando de no emocionarme tanto que dejara de pensar racionalmente.

Las tímidas manos de Jimin empezaron a soltar los botones de mi camisa, mis manos bajaron a sus caderas. Necesitaba inmovilizarlas, porque Jimin movía con lentitud inconscientemente su erección contra mi erección, cubierta solo por los pantalones de pijamas y unos bóxers.

Namjoon, una vez me contó que estaba tan excitado que la presión de su miembro contra sus pantalones había hecho que se le rompieran unas costuras. La imagen mental que apareció en su mente al recordar ese vergonzoso incidente, me había servido de lección y no pensaba pasar por eso con mi Jimin.

Gemí cuando sus pequeñas manos acariciaron mi pecho, haciendo que la calidez de su tacto me recorriera como una corriente eléctrica.

—¿Te gusta mucho esta cosa? —pregunté besando su cuello y tocando la vaporosa tela en mis manos para mostrar mi punto.