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ACTUALIDAD, BOMBAY
Cuando los cuatro arribaron al lugar, la música llegó a sus oídos, Kingo estaba interpretando a Ikaris para una película de Bollywood, bailaba y cantaba. Era realmente asombroso.
Cuando finalizó Nubia comenzó a aplaudir con mucho entusiasmo, Sersi, Ikaris y Sprite la miraron confundidos.
─ Bienvenidos ─ Karun los saludó, casi al instante abrió los ojos y la boca de la sorpresa. ─ ¡Señorita Nubia! Permítame alargarla, sigue tan majestuosa como siempre ─ Nubia carcajeó complacida. ─ Yo soy Karun, el asistente de Kingo. Es un honor estar en presencia de los grandes eternos ─ dijo con una sonrisa.
─ ¡AAAAH! ─ Kingo gritó llamando la atención de todos. ─ ¡Son mis amigos de la universidad! ─ dijo emocionado, sus ojos pasaron por los rostros de sus compañeros, cuando hizo contacto visual con Nubia ella sonrió.
─ ¡Kingo! ─ exclamó abriendo los brazos, su amigo sonrió en grande y los abrió también. Se acercó a él y le dió un gran abrazo. ─ Cuanto tiempo sin verte, cariño.
─ Oh, nena. Te extrañé ─ se separó de ella y compartieron una sonrisa. Todos giraron cuando un fuerte ruido se oyó, Karun se estaba sonando los mocos y se secó unas lágrimas seguidamente.
─ Lo siento ─ dijo emocionado y sacudió su pañuelo. Nubia lo miró con ternura.
─ Ejem ─ Ikaris carraspeó la garganta llamando la atención de los tres.
─ ¡Hooola jefe! ─ Kingo se acercó a abrazar a Ikaris con el mismo ánimo con el aire los saludó. ─ ¡Justo a tiempo! ─ se separó del eterno y miró a todos. ─ ¡Bienvenidos al set de La Leyenda de Ikaris! ─ dijo con una enorme sonrisa, Nubia se cruzó de brazos y sonrió. ─ ¡Yo te interpreto! ─ le dijo emocionado al eterno. ─ ¿Te gusta el vestuario, jefe?
─ Tenemos que hablar ─ lo interrumpió Ikaris. El rostro de Nubia se endureció, por un momento había olvidado la razón por la que se encontraban allí.
─ Dile al director que tengo unas notas para él ─ le habló a Karun.
─ Esto tiene que ser en privado ─ dijo Sprite seria.
─ Ah ¿Karun? ─ preguntó entendiendo lo que la pelirroja quiso decir. ─ Lleva conmigo como cincuenta años. Confío completamente en él ─ dijo muy seguro y como si fuera algo sin importancia. ─ De hecho cuando nos conocimos creyó que era un vampiro y trató de empalarme el corazón ─ dijo riendo. Nubia casi ríe también, olvidando otra vez por lo que estaba ahí. Kingo lograba ponerla de un muy buen humor sin siquiera intentarlo.
─ Ya le pedí perdón muchas veces ─ se defendió Karun, la castaña asintió puesto había sido testigo de ello una vez hace treinta y cinco años cuando su amigo le contó aquella anécdota por primera vez.
─ No he quedado satisfecho, pero ya casi, yo te aviso.
─ Kingo... ─ lo llamó pero él la ignoró olímpicamente.
─ Oh, no, aún no me arreglo para la otra escena. Acompáñenme, hablaremos acá ─ murmuró. ─ Les encantará lo que sigue, estoy pendiendo de un cable porque no puedo volar ─ comentó entusiasmado, Nubia tuvo que respirar profundamente para tener paciencia. A ella le encantaba oírlo hablar pero ese no era el momento para eso. ─ Esperen ¿están reuniendo al equipo? ─ preguntó por fin, realizando la idea.
─ ¡Kingo! ─ lo llamó Nubia, perdiendo la paciencia por completo, interrumpiendo su cháchara. Él la miró, asustado por el repentino grito.
─ Ajak murió ─ se apresuró a decir Sprite antes que él continuara hablando. Nubia la miró con el ceño fruncido, consternada por la forma en que la ilusionista soltó aquella información. Tan de golpe y sin tacto.