Capítulo 2.

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Narra Lauren:

Después de que la maestra me mandara a dirección, el director me sermoneo. No sé ni de que me hablaba, me perdí cuando él me dijo "Lauren Jauregui ya tan pronto en dirección..." después de eso ni me pregunten que me dijo porque no tengo ni la menor idea me fui completamente en mis pensamientos, recordando ese beso.

Ambas se acercaron a donde yo estaba sentada. Las miré y les hice un gesto para que se sentaran.

- La hiciste buena esta vez. - Me acusó Dinah, con una sonrisa mientras me daba una palmada en la espalda y se sentaba a un lado de mí en la mesa.

Estábamos en la cafetería de la universidad.

- Nunca me enorgullezco de mis impulsos aunque estaba bastante decidida. - Le contesté encogiéndome de hombros.

- Volviste a caer en la dirección y todavía no son las 10 de la mañana. - Sentenció Keana.

- Así es. - Contesté.

- ¿Y cómo te fue? - Preguntó DJ.

- Creo que el rector y la secretaria están tomándome afecto. Me invitaron a un café, unos bocadillos y el rector se fumó un cigarrillo conmigo mientras me decía la importancia de causar una buena impresión en esta universidad, debido a las altas responsabilidades que aquí se encuentran . - Rieron con ganas.

- Ya no hayan como llegarte. - Dijo Keana en una carcajada.

- ¿Llamaron a tu padre? - Preguntó Hansen. Me encogí de hombros.

- No. - Contesté secamente. - El Director prefiere tratar esto directamente conmigo... creo que mi padre ya le pidió que no le hablara cada 5 minutos de mis estupideces. De todos modos él no se encuentra en el país.

- Viaje de negocios. - Dijeron mis amigas al unísono.

- Fiesta. - Sentencié con seguridad.

- Me agrada como trabaja tu mente. - Dijo dándome una palmadita en la espalda Dinah.

- Mira quien viene ahí. - Dijo Keana con desenfado y un poco divertida. - Parece estar enojada.

"Ay no Dianna, no por favor" pensé.

No estoy de humor para ser simpática, y mucho menos con ella. Me volteé con temor y sonreí al ver que era la nueva y echaba chispas por los ojos. Me puse de pie.

- Lo siento. - Me disculpé cuando estuvo cerca y paró en seco su brusco andar.

Estuvo bueno ese beso y no me arrepiento de habérselo dado, pero no estuvo bien besarla sin su permiso.

- ¿Te arrepientes? - Me preguntó haciendo un esfuerzo por controlarse.

- No. - Fui sincera y recibí un puñetazo en la cara de su parte. Esto era extraño, normalmente las chicas dan cachetadas. Me sobe. - ¿Y eso por qué fue? - Pregunté haciéndome la inocente.

- ¡Por besarme sin preguntarme! - Me dijo y giró sobre si misma para volver a irse.

Yo la tome del brazo y la jalé hacía mí.

- ¿Te puedo besar? - Le pregunté.

- ¡No! - Me dijo y jaló su brazo para poder irse.

Entonces la tomé por la cintura y la sujeté con firmeza. La volví a besar mientras forcejeaba conmigo para soltarse. Y la besé de la misma manera que antes, pero esta vez fui más ruda. Todavía me ardía la quijada por su culpa. Hasta que se quedó quieta y dejó caer sus brazos a los costados. Sus ojos miraban fijamente los míos, mientras mi boca seguía sobre la de ella. Me alejé despacio y le tapé la boca con mi mano derecha antes de que me gritara.

I Want You. | | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora