I Want You. | | Camren.

Capítulo 53.

Ella cayó rendida sobre mí. Escondió su rostro en mi cuello y con sus manos calmo las marcas que sus uñas habían dejado sobre mi pecho. 

— Ya no puedo más Lauren. — Dijo agitada. — Esto es demasiado, amor. Hace tres horas que estamos sin parar... 

— Tú tienes la culpa. Me encanta verte disfrutar. Me enloquece que me pidas más. Así que no te quejes porque definitivamente tú eres la culpable. — Dije con voz ronca y acaricie su espalda. 

Mi mano todavía estaba dentro de ella. Levantó la cabeza y me besó dulcemente. Otra vez mi cuerpo se tensó y comenze de nuevo los movimientos. 

— Lauren, ¿otra vez? — Preguntó alejándose de mi boca. Apreté los dientes. 

— Por favor. — Le rogué agitada. Moví un poco mis caderas y ella jadeó levemente. 

— No, Laur, no puedo. — Susurró agitada y se sentó. 

— Una vez más. Juro que será la última... lo juro. — Aseguré. 

— Es como la cuarta vez que escucho eso, amor. Ya hemos hecho el kamasutra lesbico entero... 

— Solo hemos hecho la mitad. — Susurré. 

Su respiración se agitó y sus manos se apoyaron, otra vez, sobre mi pecho. Me senté y la abracé contra mí. Sus latidos se apoyaron suaves en los míos. Sus piernas rodearon mi cuerpo. Y su mano bajó caliente por mi espalda. 

— Ahora comprendo por qué todas te quieren y desean. — Me dijo al oído. La abracé más contra mí.

— Pero yo no quiero, ni deseo a otra que no seas tú. — Le dije.

— Te amo Lauren. — Susurró. 

Me alejé un poco de ella para mirarla a la cara. Sus preciosos ojos estaban húmedos. Sus mejillas enrojecidas. 

Con un simple movimiento giré y la atrapé bajo mi cuerpo. Gimió y susurró mi nombre. 

Comencé a mover mas rapido mis dedos dentro de ella. Sus ojos se veían cada vez más cristalinos. Ella quería llorar. Entonces bajé mi cabeza hasta su rostro y suavemente acaricié sus labios. 

— Te amo, Camila. — Le dije. 

Ella soltó un sollozo y me abrazo y pego su boca a la mía. Moví más rápido mis manos y el movimiento de mi cadera al sentirme desesperada. Y más rápido de lo que deseé ambas llegamos a un nuevo clímax, compartiendo algo mucho más profundo que el éxtasis. 

Me dejé caer sobre ella y su pequeño cuerpo me abrazó con fuerza. Me alejé para mirarla a la cara y varias lágrimas caían por sus mejillas. Las quité con mis labios. 

— No llores, amor ¿Por qué lloras? — Le pregunté. Ella sonrió y acarició mi rostro. 

— Porque te amo, por eso. — Dijo y alzó su cabeza para besarme suavemente. 

Saque mis dedos de ella y giré sobre la cama para quedar boca arriba. Tomé a Camz y la coloqué sobre mi pecho. Nuestras respiraciones aun eran agitadas, pero no era solo por el esfuerzo de haberlo hecho una vez más, no. Era por la emoción de saber que me ama y yo a ella. 

Sonreí tontamente y besé la cabeza de mi chica. Ahora si puedo decir que es mía, solo mía. 

Camila besó mi pecho y luego me miró a los ojos. 

— Hermosa. — Le dije. Ella sonrió. 

— Y tú, preciosa, hermosa, bonita, linda. Y todo lo que se te pueda ocurrir.