Capítulo 15.

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Comencé a caminar para salir de aquella habitación y los pasos de Camila fueron torpes detrás de mí, ya que yo tiraba de su mano para que lo hiciera. Giré mi cabeza para mirarla.

- Pero, ¿Qué demonios haces? - Me preguntó.

- Tú solo camina. - Le dije y tiré más de su mano, para acercarla a mí. Hamilton salió de la habitación.

- Camila ¿A dónde vas? - Le preguntó.

- Tenemos cosas que hacer Hamilton. - Contesté por ella.

- Camila, te estoy hablando. - Dijo ella. Detuve nuestros pasos y me giré a verla.

- ¿Acaso no te has dado cuenta de que estas enferma? Así de pie y encima descalza no vas a curarte más Hamilton, será mejor que vuelvas a la cama.

Vi como su cara se tornaba roja de la rabia.

- Camila, vuelve aquí. - Le exigió de manera autoritaria, como si ella fuera un perro o algo así. Ella la miró fijo por unos cuantos segundos, y luego me miró a mí.

- No soy una de tus criadas, para hacer lo que quieras. - Le dijo ella. Sonreí levemente y ella me volvió a mirar

- Vamos.

- Vamos, cariño. - Dije y volvimos a caminar.

Tuve unas ganas tremendas de girar a ver como había quedado Hamilton, pero no lo hice, para poder llegar más rápido a la salida. Además de que había dejado sin protección a mi Betty. Salimos y con cuidado ella soltó mi mano.

- Ya no es necesario que me agarres de la mano. - Me dijo.

- Está bien, está bien. - Le dije y me subí a la moto. - Sube, vamos.

- ¿A dónde? - Me preguntó frunciendo el entrecejo.

- Tú solo sube, yo luego te digo.

Se subió y prendí marcha hacia lo de Dianna. Sabía perfectamente que si le decía que la llevaría a lo de Dianna se iba a negar rotundamente. Llegamos a una pequeña casa, que se encontraba cerca de la Universidad. Allí vivía la rubia insoportable de Dianna. Camila se bajó y luego me bajé yo.

- ¿Podrías decirme en donde estamos? - Volvió a preguntar.

- Ya lo veras. - Dije y tomé su mano, para caminar hasta la puerta de la casa.

Toqué el timbré y más rápido de lo que esperaba la puerta se abrió. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en el rostro de la rubia.

- Viniste. - Dijo con voz chillona.

Sentí como la mano de Camila apretaba con fuerza la mía. Entonces, con un solo tirón la presenté adelante, para que la viera. La sonrisa de Dianna se esfumó más rápido que un 'hola que tal'. Sus ojos verdes miel se clavaron con asombro y enojo sobre la pequeña figura de Camila. Arrastrando la vista me miró a mí. Yo solo sonreía como si nada pasara.

- ¿No sabía que venías acompañada? - Me dijo apretando los dientes.

- Y desde ahora en más, va a ser así casi siempre. - Le dije. Volvió su vista a Camila y vi como su rostro cambiada radicalmente.

- Entren. - Sentenció y entró a su casa.

- ¿Qué es esto? ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Acaso quieres vengarte de mí por haber ido a lo de Normani? - Me preguntó por lo bajo.

- No, no es eso. Te traje como escudo Anti-Dianna. - Dije por lo bajo para que la rubia que estaba delante nuestro no escuchara. - Además de que no iba a dejarte con la neandertal de Hamilton.

I Want You. | | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora