Alma de mi alma 🌙 [Caché] || One Shots

Mujer Maravilla [Parte 3]

Miami - Florida

Pov Calle.

—¿Ushh y esa cara tan malosa? —pregunta Juliana viendo por encima de su libro hacia mi dirección

Me encojo de hombros —juego un poquito.

—¿Con Poché?

Asiento con una sonrisita de lado y mi hermana niega con la cabeza —no sé si son adorables o solo un par de bobas.

Me encojo de hombros aún sonriendo por su último mensaje. Era divertido molestarla y además la extrañaba,  demasiado,  pero no pensaba rogar. Así que ajá...

Mi único fin era provocarla Lo suficiente como para que viniera conmigo lo más pronto posible. Su viaje ya había demorado demasiado para mí gusto.

—¿Listas chicas? —pregunta MJ desde la piscina— tenemos que estar en el brunch en 2 horas.

Suspiro con una mueca —¿Es completamente necesario que yo vaya?

La verdad no tenía ganas ni de vestirme, mucho menos maquillarme. Por mi, me quedaba el resto de la tarde aqui, tomando el sol y molestando a mi mujer para que se apure.

—Dani, no me hagas esto —me ruega la amiga de mi hermana con un puchero — algunos irán solo por conocerte. Será divertido.

—Es que no tengo ganas —me quejo. Esto de estar en la playa era relajante, pero divertido, no sé si era la palabra que elegiría. Mucho menos con Poché tan lejos. Y una fiesta, que ya de por sí involucraba mucha gente, no me apetecía realmente— y no quiero arruinarles la tarde. Mejor vayan sin mi y ya luego me cuentan.

Mi hermana me baja su libro y se incorpora en la tumbona —Nada de eso. Tú vienes con nosotras, no te voy a dejar sola aquí para morir insolada.

—Pero... —intento protestar, pero mi hermana viene hacia mi y me levanta para devolverme a la casa— Juli...

No me escucha.

—Ve a cambiarte. Es una fiesta de blanco y negro. Recuérdalo —me dice y luego se va hacia su propio cuarto.

Protesto por un par de segundos pero luego entro al mío y me dejó caer sobre las sábanas blancas de mi cama.

La casa de mi hermana era hermosa ¿Debería decirle a Poché que compremos una así? A ella le encanta la playa así que sería algo lindo escaparnos de vez en cuando solitas las dos.

—Ya ven por favor —Pataleo sobre la cama lloriqueando como una niña

Para nadie era un secreto que yo podía ser la persona más independiente del planeta, pero con ella simplemente no podía. La necesitaba cerca. Siempre.

Cómo mi vitamina personal. Más ahora que nos habíamos separado medio bravas.

Ushh que estrés. Yo quería castigarla solo por un par de días, los mismos que se supone duraría su viaje, no estas tres espantosas y largas semanas.

Si lo hubiera sabido, no me habría puesto tan picky y por lo menos hubiéramos tenido una buena despedida, de hecho más que buena...

pero ahí voy yo... Haciéndome la chistosa y al final terminé castigandonos a las dos y deseando que llegue cada piche segundo del día. Con el cuerpo tan sensible que las noches eran un martirio. Ya no soportaba dormir sola y mi mente me lo recordaba hasta en los sueños. Sueños muy vividos a decir verdad, pero llegado el punto solo eran eso, simples sueños.

Luego solo despertaba, con más ganas, triste e irritada de que mi mujer aún ni siquiera pensaba en volver.

Y ajá, sabía que era por el trabajo. Pero ya estaba llegando a mi límite. Incluso estaba pensando en tomar el primer vuelo hacia Bogotá mañana mismo, si no volvía.