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Actualmente

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Actualmente.


El verano apenas se asentaba en la ciudad y Jisung llevaba puesto un suéter holgado junto a sus preciados guantes grises y un gorro del mismo color, pues era tarde y hacia un poco de frio. El sol era opacado por algunas nubes y el viento envolvia sus mejillas suavemente.

Sin duda alguna era muy tarde para salir de la comodidad de su departamento, pero ahi estaba él, caminando por las calles de Seúl a las siete de la noche de un sábado con dirección a la casa de Hyunjin y Jeongin, dispuesto a celebrar el cumpleaños de su primer hijo tal y como su amigo se lo había pedido.

Porque aunque Jisung hubiera preferido no salir y descansar de la larga semana de trabajo riguroso que había tenido, sintió la necesidad de aceptar. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de Jeongin. Cuando ambos crecieron y se hicieron adultos, las responsabilidades los mantuvieron ocupados hasta el punto de no hablar por semanas, luego meses y finalmente años.

Si. Jisung tenía años sin charlar con el como lo hacian antes, pues la última vez que lo vio fue en el nacimiento de Seungmin un año atrás y apenas se dirigieron la palabra entonces.

Cualquiera que los viera dudaría que eran aquellos chicos inseparables que se conocieron en quinto de primaria y que tenian la amistad más linda y duradera de todas.

Giró a la derecha buscando la avenida en donde estaba la casa. Había ido pocas veces pero no tardó en verla a lo lejos en aquella urbanización de buena clase en la que solo vivían personas de buen estatus social. Jisung suponía que Jeongin y Hyunjin vivian ahí porque ellos si se habían graduado de la universidad y conseguido un buen trabajo de acuerdo a sus estudios. Como lamentaba no haber tenido las mismas oportunidades.

Fue cuestión de segundos para que llegara al lugar. Se trataba de una casa de color gris con detalles blancos en la puerta y en las ventanas. así como también en las pequeñas escaleras que había subido para llegar a la entrada. Un hermoso y bien cuidado jardín adornaba el frente de la casa.

Tocó el timbre y no tardaron en abrirle. Yang Jeongin sonriendo en cuanto lo vió ahí parado, con las manos en los bolsillos y aquel característico aroma a limón que sólo Jisung tenía. Estaba feliz, no esperaba que viniera al cumpleaños de su cachorro y que sí lo haya hecho era algo que apreciaba enormemente.

— Sunggie, viniste.

Jisung se alzó de hombros.

—No encontré razones para no vernir.

—Qué bien, es un gusto verte otra ves. Llegaste un poco tarde, pronto vamos a cantar el feliz cumpleaños. —El castaño asintió. La verdad era que había llegado tarde a propósito para no tener que relacionarse mucho con las personas —Vamos, la fiesta es por aquí.

𝘄𝗲'𝗿𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝘀 › minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora