𝘄𝗲'𝗿𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝘀 › minsung

24

Finalmente el día donde conocerían el sexo de su hijo había llegado.

Jisung le había suplicado a Minho llevar a Seungmin a la consulta para que viera a su hermanito a través de la ecografia, pero el alfa se negó, alegando que era mejor dejarlo al cuidado de Lia porque en la clinica podia correr el riesgo de contraer alguna enfermedad. El omega no le encontró mucho sentido, aún así aceptó. Si Minho lo decía era por algo.

En el trayecto en auto, la tensión se podía sentir desde ambas partes. Era de esperarse que estuvieran inquietos, después de todo, estaban a menos de una hora de saber el sexo del bebé que estaba en el vientre del omega.

— ¿Crees que sea niña o niño? —preguntó Jisung.

—No lo sé, amor. Pero sin duda lo amaremos por igual, no importa lo que sea.

—Si es niña, Jiwoo y si es niño, Jeongwoo —dijo: para recalcar, pues el asunto de los nombres ya lo habían discutido anteriormente.

—A mi me gusta minsung.

—Jeongwoo es más bonito.

—Pero minsung es como una combinación de nuestros nombres —insiste y Jisung se quedó pensando, para luego decir:

—No me gusta. Seríamos como esas ancianas que les ponen nombres combinados y raros a sus hijos.

—Bueno... tienes razón. —La verdad era que si le parecía lindo el nombre.

—Jiwoo y Jeongwoo, entonces —sonrió, mirando por la ventana. Minho aún no comprendía cómo siempre se salia con la suya.

Poco después, Jisung sintió que el bebé se movía en su panza y jaló a Minho de la chaqueta para que lo tocara. Este no lo hizo pues estaba conduciendo y podia distraerse, aún asi noto que el omega no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

—Abróchate el cinturón —demandó.

—No me gusta, siento que me presiona mucho.

—Si lo sueltas un poco y te lo pones bien no te molestará. Abrochatelo —insistió, pero Jisung se negaba.

—En serio no quiero ponérmelo, Min. No me
obligues, por favor.

—Jisung, que te lo pongas —subió el tono de voz.

—No lo voy a hacer.

—¡Dije que te lo pusieras, por el amor de Dios! — grito girando la cabeza para mirarlo, pero sus ojos se abrieron de par en par pasando del enojo a la sorpresa pura al ver a un auto acercarse a toda velocidad hacia ellos, aún cuando el semáforo estaba en rojo.

Antes de que Jisung abriera la boca para preguntar la razón del repentino asombro en el rostro de Minho, sintió un fuerte impacto desde el puesto donde se encontraba y el vidrio de la ventana se quebró en cientos de pedacitos que lo rasguñaron al caer.