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Un par de días después de haber acordado mudarse completamente a la casa, decidieron remodelarla para sentirse cómodos y a gusto en ella

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Un par de días después de haber acordado mudarse completamente a la casa, decidieron remodelarla para sentirse cómodos y a gusto en ella.

— Minho, ¿puedes traerme la caja que está ahí?

Ambos estaban guardando las cosas que no consideraban útiles en cajas que iban apilando en la sala para después dejarlas en el sótano, de donde probablemente no saldrían nunca más.

Mientras tanto. Seungmin estaba entretenido jugando con sus juguetes en el suelo, lo suficientemente cerca para que pudieran vigilarlo.

—¿A ti te gusta esa pintura? —preguntó Jisung al ver a Minho dudoso de si meterla a la caja o no.

—No está del todo fea, ¿sabes?

—Claro, si exceptuamos la pintura en cuestión y solo consideramos el marco, pues sí. Está hermosa —rió.

—Oye, qué cruel eres —bromeó resignandose a guardarla. La verdad es que sí estaba fea, pero no lo admitiría.

Jisung tomó otra caja y fue metiendo en ella todas las fotografias que encontraba a su paso. A diferencia de Minho, él sí era rápido. El alfa se quedaba mucho tiempo mirando cuadro por cuadro, como si le diera lástima desecharlos.

—Ya terminé con esta pared —dijo el omega cerrando la caja y dejándola con el resto. —Con eso ya estaríamos listos, ¿verdad?

—Así es —afirmó Minho, deteniéndose a mirar la sala. El omega lo imitó y ambos se sorprendieron al notar que el lugar había mejorado bastante sin tantas fotografías ni pinturas extrañas que parecian observarte colgadas de las paredes.

—Está quedando bien la casa, pero aún nos queda pintarla —dijo Jisung sonriente, con las manos en las caderas.

Minho lo miro extrañado. Aún no estaba acostumbrado a verlo alegre y colaborativo e incluso había descubierto que podía llegar a ser amable, por muy raro que eso sonase. Sin duda le gustaba esa faceta suya y esperaba que se quedara por un buen tiempo.

Sin embargo, no quería abusar mucho de ello. Temía que de un momento a otro se aburriera de ayudar y lo dejara sólo o aún peor, que volviera a su antigua actitud y las cosas terminaran incómodas entre ellos una vez más, siendo Seungmin el que más se vería afectado en la situación.

Porque sí. Desde que Jisung había decidido hacer el intento de pasar más tiempo con él, había mejorado bastante y se despertaba pocas veces llorando a mitad de la noche. Quién diria que lo único que le hacía falta era algo tan simple como un omega a su lado.

—Está bien asi. Podemos dejarlo o seguir otro
día.

—¿Bromeas? Apenas empezamos —soltó empezando a llevar las cajas al sótano.

Minho, algo contagiado de su energia positiva, decidió ignorar sus pensamientos y ayudarlo con las cajas restantes.

—Seungmin, portate bien hasta que volvamos —dijo Minho y el bebé se lo quedó mirando curioso para seguir agitando su pato de peluche. Adorable.

𝘄𝗲'𝗿𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝘀 › minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora