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Tres meses habían transcurrido desde la pérdida de Jiwoo y podría decirse que sus padres estaban recuperados, por así decirlo, aunque en el fondo sus lobos siguieran heridos

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Tres meses habían transcurrido desde la pérdida de Jiwoo y podría decirse que sus padres estaban recuperados, por así decirlo, aunque en el fondo sus lobos siguieran heridos.

No había sido fácil, eso estaba más que claro. Los días que Minho tuvo que volver al trabajo. Junsu y Doyoung visitaron a Jisung y a Seungmin para ayudarlos a que se distrajeran y se sintieran mejor. Salieron a tomar aire fresco al parque y vieron películas, además de charlar de cualquier cosa que se les pasara por la mente.

Se sintió bien compartir con su padre y su hermano de esa forma, como reviviendo los viejos tiempos que yacían un poco olvidados en su memoria. Ellos fueron un gran apoyo para él en su proceso de recuperación y sin duda era algo que les agradeceria eternamente.

Aquella noche era su turno de llevar a Seungmin a su cuarto para que se quedara dormido. El bebé seguía despierto, aunque embobado por el sueño y babeando en su hombro por estar a nada de sucumbir ante el sueño.

De repente, sacudió su pequeña cabecita y se reincorporó en los brazos de Jisung negándose a dormir.

— No tengo sueño, papi —dijo claramente con su dulce voz.

Estos últimos meses había aprendido palabras nuevas y sabía expresarse con mayor claridad y fluidez, impresionando a sus padres quienes se enorgullecían por la inteligencia del niño.

—¿Y si te canto te vas a dormir?

—Ummm... —Seungmin lo pensó —Nop.

—¿Y si me quedo contigo toda la noche?

Jisung suspiró cuando el niño negó efusivamente con la cabeza.

—¿Dónde está mi hermanita? —preguntó. mirándolo con sus ojos rasgados llenos de curiosidad.

Y es que no recordaba haber asistido al funeral donde ella fue enterrada. Al ser tan pequeño, muchos eventos se borraban de su memoria a medida que pasaba el tiempo.

Sin embargo, aún podía recordar la sensación de que había alguien adentro de su papi. Alguien a quien su instinto le exigía proteger. —Minnie, perdimos a tu hermanita —hizo una mueca de tristeza.

—Búscala.

Jisung rió por su inocencia mientras negaba con la cabeza.

—Papi, búscala —insistió, esta vez haciendo un puchero.

—No creo que eso se pueda, hijito. ¿Qué tal si duermes? Mañana podemos hacer muchas cosas.

—No, quiero que busques a mi hermanita. Yo te ayudo a buscarla. —Seungmin hablaba demandante.

—Está bien, está bien. Yo la busco, ¿sí?

—¡Si! —chilló alegre.

—Pero con una condición. —El niño dejó de reir —Duermete.

𝘄𝗲'𝗿𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝘀 › minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora