PRIMERO

473 44 0
                                    

— ¡Alfa malo!

— ¡Omega renegón!— Gritó igualmente el pelinegro, arrepintiéndose cuando miró los ojitos de su Omega humedecerse, amenazando con llorar.— Oh.. no, mi amor, yo-

— Déjame.— La pequeña bolita de sábanas se paró del sofá, queriendo ir a su cuarto, más la mano del mayor en su cintura no lo dejó.

— Bebé, yo no quise-

— Suéltame, Park. Estás en abstinencia.— El menor forcejeó, alejándose y se encerró en el cuarto. Dejando al mayor con su ceño fruncido.

— Éste chico es tan manipulador..— Susurró enojado.

— ¡Hoy duermes en el sofá!

— Carajo.

El mayor se tiró al sofá frustrado, la había cagado.

Mientras que un pequeñito Omega se encontraba tirado en su camita, llorando. No sabía por qué lloraba, ¡Sunghoon es un Alfa tonto!

La razón era verdaderamente tonta, pero para Heeseung era importante.

Hace unos minutos había surgido el tema de tener otra mascota en la casa, más sin embargo todo terminó mal cuando Jungkook le dijo que no podían tener otro, ya que con Gaeul era suficiente.

Pero eso sí, que Park se prepare porque quedará en abstinencia y el menor no pensaba perdonarlo.

Si, Heeseung era un bebé.

Al día siguiente, el ruido de alguien tocando la puerta resonó en los oídos del pequeño Omega, abriendo de a poco sus ojitos.

Toda la noche había necesitado a su Alfa, hacía frío y necesitaba los brazos fuertes de éste rodear su pequeñita cintura. Además, no le dió su besito de buenas noches. Su lobito enojón ahora estaba triste porque ayer en la noche había rechazado un besito del mayor.

Extrañamente toda la semana había estado demasiado sensible.

Se levantó perezosamente de la cama, tratando de acostumbrarse a la luz, abrió la puerta, encontrándose con Park.

Ay, Dios.

Una toalla rodeaba las caderas del mayor, su cabello mojado estaba pegado a su frente, su mandíbula marcada y su olor. Dios, amaba ese rico aroma a tierra mojada.

Bajó más su mirada, encontrándose con los pectorales del mayor, luego sus brazos fuertes y sexys, su abdomen donde una V se perdía bajo la toalla y...

El mayor rió al darse cuenta de la hambrienta mirada de su pequeño.— Hee..— Sunghoon habló con su voz sumamente gruesa y dominante, y ahora el mojado era él. Se contuvo de bajar su cabeza en forma de sumisión ante el tono del Alfa, sosteniendo a duras penas su mirada.

— ¿Qué?

— Yo venía a disculparme, en serio...

— No, sigo enojado.— El menor pasó al lado del pelinegro en busca de unas galletas, ahogando un inaudible gemido cuando sintió sus piernas como gelatina, no sabía qué le pasaba, pero desde ayer el aroma del mayor lo tenía más hipnotizado que nunca.

— Pero-

— Ya te dije que no, déjame.— Heeseung sonrió cuando escuchó el bufido del mayor.

— Omega infantil.— El pelinegro quiso mirarlo con mala cara, más no puso cuando vio la carita de su bebé.

Tan precioso, tan hermoso, tan perfecto.

Mío mío mío, gruñó su posesivo lobo al ver al más pequeño.

— Ya cámbiate, Park.— El menor sonrió y se fue a el cuarto, moviendo sus caderas a propósito para el mayor.

— El menor sonrió y se fue a el cuarto, moviendo sus caderas a propósito para el mayor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ENOJADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora