Es la hora pico en Londres y personas con trajes caminan por la acera. Los automóviles se mueven en la carretera y el frío cotidiano calienta las mejillas y hiela los huesos. En esta época del año, una buena taza de chocolate caliente seduce a los transeúntes que van camino a sus trabajos.
Aquello es habitual en el Londres muggle, el lugar donde las personas no mágicas viven. Si nos acercamos a una pared en especial, de ladrillos grises y con ligeros toques dorados, nos podríamos encontrar con otro mundo. A los ojos de estas personas normales es solo una estructura sólida y algo sucia. Para ojos de magos y brujas, es la entrada al Londres mágico.
Mansiones y callejones que llevan a otros lados es lo primero que verán. Edificaciones viejas y elegantes se mantienen en pie. Para conocimiento de la mayoría de la población, en esa calle larga en particular vivían los sangre pura o también conocidos como Los Sagrados veintiocho. O bueno, era el hogar de algunos cuantos.
En el distrito de Islington, el 12 Grimmauld Place era el hogar ancestral de la familia Black. A veinte minutos a pie de la estación de King's Cross, la edificación se erguía de manera imponente, pero poco importaba en ese momento. Un joven de cabello oscuro cubierto de hollín se "apareció" en la calle. Cubriendo a un bulto entre sus túnicas negras llenas de sangre seca entró a la casa.
Un sollozo asustado se escuchó por el vestíbulo y el joven maldijo en silencio mientras trataba de pasar desapercibido.
Walburga Black frunció el ceño y caminó al encuentro de su hijo. No había sabido de él desde hace tres días y cuando vió al joven de veinte dos años, se apresuró a reprenderlo. Sin embargo, todo insulto o epíteto quedó atascado en su garganta al reconocer a un bebé llorando.
Su curiosidad brilló en sus ojos un instante antes de volver a fruncir el ceño debido al aspecto desaliñado de su hijo.
— ¿Qué haces con una infante? ¿En qué te has metido, Regulus Arcturus Black?—
— Esta es mi hija. Se llama Kara— dijo mientras acariciaba los ligeros rizos desordenados de la pequeña y la abrazaba.
Walburga palideció un poco, pero mantuvo la compostura esperada — ¿Qué disparates estás diciendo?— le echó otra mirada a la criatura y reconoció algunos rasgos de Regulus en ella.
— Es mi hija, madre. Puedes comprobar su rostro en el tapiz familiar—
Regulus se fijó en el apenas perceptible temblor de su ojo. Su madre sabía esconder sus emociones como nadie, pero la partida de su hermano, Sirius, la había devastado y luego de irse con los Potter, fue repudiado por la familia. Walburga había quitado el tapiz y movido hasta una da las muchas salas del lugar y cerrado con un hechizo la puerta.
Ahora, ambos desbloquearon y accedieron sin rechistar. Su madre levantó la mirada y visualizó de inmediato el nombre y rostro de Regulus junto con una rama saliente, en ella el rostro de Kara se logró ver.
— Definitivamente es una Black— murmuró para ella misma antes de girarse y analizar de nuevo a la pequeña niña — ¿Quién es la madre?—
— Ya sabes quién es—
Walburga asintió — Alura Danvers—
— Luego de enterarme sobre la redada cerca de Abbey Road, fui a ver cómo se encontraba— dijo cabizbajo y encorvando ligeramente los hombros — Ella murió ayer. Eliza no quiso que me despidiera de ella y parecía como si estuviera ocultando algo—
— Los traidores a la sangre no son de fiar— comentó y él estuvo de acuerdo.
— ¡La maldita mujer me estaba ocultando a mi hija!— su rostro mostró toda la indignación e ira — Tuve que batirme a duelo con esa familia para poder llevarme a Kara—
ESTÁS LEYENDO
Toujours Pur (Supercorp)
FanfictionAU Hogwarts Supercorp 🏳️🌈 La estrella más brillante de la constelación de Orión lleva el nombre de Rigel. La mayoría de los miembros de la familia Black tienen nombres de estrellas o constelaciones. Kara fue la excepción, o al menos eso asumiría...