Qué verdades escondes León? (Alex x Vitaly 1ra Parte)

El amor es una droga.

Capítulo 25

Narra Gia.

Ha pasado una semana desde que Vitaly se llevó a Alex agonizando del campamento fuera de la reserva. Éstos días han pasado de una forma tan extraña, el no ver a los felinos que lideran el circo es casi como estar perdidos. Ellos son el alma y el corazón de nuestra manada.

No he querido salir de mi carpa. Kiva se ha mantenido ocupado construyendo algo de madera, incluso lo vi tallando algunas piezas fuera de la tienda. Tai-lung ha estado viniendo a vernos a ambos. El leopardo fue quien me contó lo que sucedió cuando Florrie y yo salimos de la pelea trayendo a Alex hasta aquí. La forma en la que Vitaly y él se vengaron por el daño que nos hicieron.

Fue duro para Kiva ver ése lado del leopardo, fue un momento muy fuerte, si no fuera porque después ellos dos se quedaron a enterrar el cuerpo de Makunga seguramente el lince habría quedado espantado por la forma tan salvaje en que Tai-lung tomó su venganza con el León.

Desde ése día Kiva se ha vuelto un poco más dócil y sumiso ante Tai-lung, supongo que la demostración de fuerza y poder lo hizo respetar al leopardo como su superior. Ahora es como si Kiva y yo buscáramos refugio en los brazos del leopardo. Él es el alfa que elegimos como nuestro guía en la relación, yo ya he dejado toda mi confianza en las manos de ambos. Y me siento segura cuando alguno de los dos me abraza, por las noches ambos felinos me acompañan ya que aún tengo pesadillas con lo que me hicieron esos leones. Vuelvo a revivir esos horribles recuerdos en mis sueños y sólo ellos estando juntos a han logrado calmarme cuando mis nervios se disparan casi al límite de un ataque de pánico.

Al medio día Kiva entra las piezas de madera con ayuda del leopardo, una vez adentro y que empiezan a armarlo entre ambos veo que es, una amplia cama de madera tallada, tiene la cabecera con muchos detalles. Es hermosa. No sabía que mi lince sabía hacer algo así.

Entre los tres dejamos algo de heno sobre la placa de madera que haría de soporte para el colchón, hasta que consigamos uno de éste tamaño tendremos que improvisar un poco, cubrimos el heno con unas sábanas así no sé quedarían las hebras en nuestro pelaje. Me siento en medio de la cama y sonrió como niña cuando recibe un nuevo juguete, el tallado es hermoso, tiene flores con tantos detalles que me cuesta creer que le haya tomado una semana solamente para terminarlo.

Me dejó caer de espaldas, sintiendo a los pocos minutos la compañía de ambos felinos a mi lado, me llenan de besos y caricias , en estos últimos dos días les pedí que me hicieran olvidar lo que pasé fuera de la reserva, quiero olvidar lo que me hicieron esos leones. Quiero recuerdos buenos, sentir lo que es que me toquen con amor, con delicadeza, con paciencia sin prisas.

La demostración de amor que me regalan ambos me hace sentir completa, plena. Sus besos se están convirtiendo en una adicción, terminamos basándonos siempre que me quedo sola con alguno de ellos.

Pero algunos gritos afuera nos ponen en alerta pensando lo peor, salimos de la carpa entonces escucho a Melman volver a dar el aviso

-oigan todos!! Alex volvió!!! Vitaly lo trajo con vida!! Volvieron!!...

Entonces corro, en cuatro patas corro para verlo por mi misma sintiendo que mis alfas me siguen el paso. Me detengo a unos metro del León que fue recibido primero por sus padres, Zuba y Florrie nunca dejaron el campamento desde que Alex se fue.

Ambos progenitores abrazan al León como si fuese su tesoro, la madre de Alex llora de alegría pero Zuba intenta aguantarse, sólo se le escapan unas pocas lágrimas.

Ahora que los veo puedo notar que tanto él como Vitaly tienen una herida en la oreja con algo de sangre seca, les falta un trocito de piel dejando apreciar un pequeño hoyito, Alex lleva un vendaje cubriendo todo su torso Y el brazo izquierdo inmovilizado con unas vendas y tabletas de madera. Ya no sé le ven los cortes que tenía por su cuerpo. Se ve mejor, está sanando. Pero está vivo. Sonrió ampliamente y corro a su encuentro, con cuidado lo abrazo sintiendo que voy a llorar.