Nacht

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—Señor Malfoy, veo que su omega no le acompaña hoy— la agente regordeta le habla. —Que falta de profesionalismo— estira su mano. —Puede llamarme Umbrige.

—Un gusto — sonríe y acepta su mano. Es la misma que fue a su casa, pero no hubo tiempo de presentaciones. —Y se quedó en casa cuidando del bebé.

—Qué bueno— sonríe. —Sígame, por favor.

Ella lo dirige a un consultorio. Ha pasado una semana desde la visita a su casa y para hoy, estaba programada la cita para los análisis de paternidad. La mujer abre la puerta, pero detiene a Draco.

—Ella está dentro. Sólo... No haga algo que pueda asustarla, por favor.

Sin entender muy bien, Draco asiente y ellos entran. En una silla está un doctor hablando con una bebé, ella se ve intranquila, cuando ve a la agente sus brazos se estiran hacia ella. Su cabello es rojizo y lacio, igual al de Ginny. Es idéntica a ella, sólo que sus labios son más delgados y sus ojos platinados más oscuros, al rededor del derecho hay una bola amarillenta, y en los brazos tiene varias marcas y costras. Tiene poco más de 1 año, en sus ojos hay terror.

—Está bien, cariño— la señora acaricia el cabello de la niña, peinado en dos coletas sobre su cabeza.

El alfa de Draco se vuelve loco, queriendo correr hasta la niña, tomarla en sus brazos y protegerla de todo.

—Ésta es la pequeña Delphine

Delphine se encoge y cierra los ojos cuando ve al alfa caminar hasta ella.

—Está bien, Del— Umbrige le habla, acariciando su espalda. —Estamos aquí para protegerte, ¿sí?

Al parecer, ella entiende. Abre sus ojos y están rojos, queriendo llorar.

—Haremos esto rápido— el doctor habla por primera vez. —Sólo necesito que abra la boca— le dice a Draco y él lo hace.

Mete algo como un cotonete a su boca, pasándolo por sus mejillas interiores, luego lo guarda en una bolsa. Hace lo mismo con la niña, sólo que como ella se negaba, tuvo que hacerlo a la fuerza, haciéndola llorar. Draco quiso tirarse sobre él y darle unos cuantos golpes por eso.

—Es todo, señor Malfoy,

—¿Cuándo tendré que volver? — Disimuladamente, pone una mano sobre la espalda de Delphine, sintiéndola temblar.

—Dos días, a la misma hora.

Draco asiente y sale de ahí. Su celular comienza a sonar dentro de su bolsillo.

—¿Sí?

—Mmmm, Draco— es Harry y su voz suena diferente.

—¿Harry?

Mierda, Draco... No demores.

—¿Estás bien?

—Ah, ah. No— oye que gime.

—¿Tu celo?

—S-si y duele sin ti.

Cuelga la llamada y analiza las cosas, rápido. Su opción era correr, la casa no quedaba tan lejos y en el autobús tardaría mucho. Y no podía hacer a su omega esperar mucho.

Así que corre, lo más rápido que sus largas piernas dan. No tarda ni 10 minutos cuando ya está en la puerta. Toma unas respiraciones más antes de abrir la puerta. El intenso olor de Harry le golpea, hipnotizándolo. Era muy dulce y Draco casi sentía saborearlo. Oye los quejidos del omega, suena agudo y necesitado.

Ven aquí y ámame - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora