Elf

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El lunes Harry estaba feliz, entra orgulloso a la escuela, luciendo su abultado vientre de ya 6 meses. Olfatea, buscando el olor de Draco pero parece no estar cerca. Camina por los pasillos, saludando a las personas que conoce. Llega a su casillero, lo abre y saca los libros que necesitará en el día, después los mete a su mochila.

Alguien golpea la puerta de metal a su lado, haciendo que pegue un salto.

—¿Cómo hiciste para que Draco pase tu celo contigo? — Es Cho, de primer año, Harry la conoce porque es parte del Consejo estudiantil.

—Yo no he pasado ningún celo mío con él.

—¿Y eso? — Apunta al vientre de Harry, con una mueca.

—Oh, ese fue su celo— recalca. —Él me lo pidió.

—¡No mientas! — Le grita.

—Ay, niña— Harry se aleja de ella. —Lávate la boca y luego hablamos. Ten —le pone un chicle en la mano. —Si te sirve de consuelo, son comprados por Draco.

Harry se va, riéndose cuando ve a la omega meterse la goma a la boca. Entra a su salón donde es su primera clase. En su silla usual, está Draco, esperando por él.

—Hola — el alfa habla primero, parándose para dejar que el omega se acomodara.

—Hola— sonríe, tomando asiento.

—Te traje esto— de su mochila, saca una caja de chocolates con almendras.

Harry sonríe, la abre y su sonrisa cae. De los 10 chocolates que debían haber, sólo estaban 7.

—Fue Blaise. El los compró y dijo que merecía un pago.

—Está bien.

El timbre suena y el platinado sale por la puerta, sin despedirse. A Harry ya le parece normal eso. Le alegra que Draco estuviese cambiando, se notaba que se esforzaba en hacerlo.

 Le alegra que Draco estuviese cambiando, se notaba que se esforzaba en hacerlo

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Después de 3 clases seguidas, sigue su receso. Camina para la cafetería, donde supone que todos deben estar, y no se equivoca. A lo lejos, escucha a Draco y Neville pelear, como de costumbre. Siempre discuten estupideces y cosas sin importancia.

—Llegué— se sienta a un lado de Draco, y éste rápidamente se pega al omega, oliéndole.

—¡Hooola, chicos! —Ron canturrea, parándose a un lado de la mesa.

Todos contestan a su saludo, menos Draco porque, al parecer, está muy ocupado en otra cosa.

—Les traigo esto —a todos, les pasa una tarjetita, la invitación para su fiesta. —Es este sábado, no falten— se va, para ir a otra mesa a entregar más.

—¿Cómo pretende que vaya así? — Harry bufa.

—¿Así cómo? — Neville pregunta, buscando algo malo en el omega.

—¡Todo embarazado!

—No creo que sea tan malo, Hannie. Podemos buscar un lugar fuera de peligro y pasarlo ahí.

—¿Vas a ir, Draco?, no, creo que no, es tu primo— Blaise apunta.

—Tengo que o mi papá se enojará.

—¿Por qué haces todo por obligación? — Harry voltea a verlo.

—No es por obligación, sólo que la gente me ayuda a hacer las cosas bien.

—Ohh — los demás dicen en coro, entendiendo.

—Tenemos que ir al chequeo hoy— Draco recuerda.

—Lo sé — comienza a desayunar.

—Es bueno verlos otra vez, chicos— el doctor les abre la puerta

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—Es bueno verlos otra vez, chicos— el doctor les abre la puerta. —Te ves mejor Harry, se nota que has estado comiendo, ¿Cómo vas con las vitaminas que te receté?

—Las tomo siempre.

El hombre pesa a Harry y mide su vientre, él dice que todo está perfecto.

—Si tenemos suerte, veremos que es el bebé— dice, poniendo el gel sobre la piel del omega.

Draco permanece callado, escuchando las explicaciones que el señor Bernadette da. Le dice al omega todos los cambios que viene éste mes y recomendaciones.

—Aquí está —oprime botones raros y sonríe. —Esa es su carita— y ninguno de los dos entiende la imagen pero aun así, sonríen. —28 centímetros, me parece perfecto.

Sigue hablando con palabras científicas y aburridas -para Draco-. Dice que pesa 300 gramos y que eso era bueno.

—¡Es un niño! — El hombre dice con emoción. —Espero que les guste la idea.

Draco puede ver a Harry asentir, emocionado y con lágrimas bañando sus sonrosadas mejillas. La consulta termina, Draco paga y salen. Harry no ha dejado de sollozar y eso preocupa al alfa.

—¿Estás bien, Harry? — Le toma los brazos.

Harry asiente, hundiendo su rostro en el pecho del más alto, mojando su camiseta.

—¿Y por qué lloras? — Le habla en los baja, rozando su nariz en su coronilla.

—Es que... estoy muy feliz— solloza y al mismo tiempo se ríe. —¡Vamos a tener un bebé niño!

Draco asiente, alzando el rostro del omega. No lo aguanta más, lo necesita y desde que conoce a Harry lo está deseando. Así que, sin perder más tiempo, une sus labios con los húmedos del más bajo. El azabache hace un ruido de sorpresa pero no se aleja, de mantiene pegado al alfa.

Su alfa.

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Bella y Bestia son....

<3

Ven aquí y ámame - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora