A sus 19 años, Harry debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, Harr...
—Draco, ¿podrías por favor dejar de untar tu maldito pene contra mi muslo?
—Mmm, no— gime y muerde el hombro delgado del omega.
—Tu celo fue hace dos días.
—¿Y?
Harry se ríe, apretando el miembro del platinado, él gime.
—Haz eso otra vez.
—¡No seas asqueroso! — Le pega. —Párate o suéltame. Debemos ir a la escuela, es nuestro último día.
—Ve tú. Yo estoy harto de toda esa gente— se acomoda, soltando a Harry y abrazando su almohada.
—Vamos, Dray— lo mueve. —Por favoooor.
—No.
—Cuento tres.
—Hasta mil, si quieres. No iré.
—Uno.
—Lárgate.
—Dooos.
—Eres insoportable— se para, caminando al baño, con la risa de Harry siguiéndole por la espalda.
—Tres— el omega cierra la puerta del baño, detrás de sí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de una larga ducha -compartida-, ambos salen y se visten para su último día de preparatoria.
—Estoy feliz y triste a la vez— Harry junta sus manos, caminando por los pasillos, mirando a todos lados.
—Odio a todos, así que estoy feliz— a su lado, Draco dice.
—No puedes ser tan agrio, Draco— le da su mochila porque su espalda ha comenzado a doler. —Deberías apreciar a la gente que Dios pone en tu camino.
—Aprecio más a la que me quita— abre su casillero, masticando el chicle que el azabache le dio en el autobús.
—Ugh. No seas así— hace un puchero.
—Soy así, lo siento, no puedo cambiar.
—Bien — encoge sus hombros, sacando un chocolate de su mochila. —¿Irás al trabajo hoy?
—Me quedaré en casa —le quita el chocolate a Harry y se lo come, de un bocado.
—¡Oye!
—Mucho azúcar.
Cada quien va a su clase correspondiente, según la clase que le tocaba. Harry compartía esa con Blaise. El moreno era una gran compañía, y más aún cuando no había nada que hacer. Como era el último día, los maestros no podían marcar tareas o hacer alguna actividad. Las calificaciones ya estaban dadas, o al menos la mayoría. Harry sentía frío por más que no hubiera, pero quería sentir el calor de Draco cerca. El maestro dice que pueden salir y hace lo que sea, siempre y cuando y saliesen del colegio.
