Vier

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El azabache guarda los libros necesarios en su mochila. Cuando va saliendo de la biblioteca, se despide de la encargada. En sus manos tiene un hot dog, uno que Draco tuvo la decencia de hacerle después de dejarlo sin cenar la noche anterior. No sabe de dónde el alfa saca dinero o comida, pero mientras tenga que comer, está bien.

Quita el papel aluminio en el que el perro caliente está envuelto. Está a punto de darle la primera mordida cuando un olor fuerte a alfa lo rodea, es almizcle y agradable para su nariz.

—¡Harry, espera! —Ronald-alfa se acerca a él, por sus espaldas. Es un primo de Draco y un año menor a ellos. —Tengo que darte esto.

—Buenas tardes, Ronald— le habla amable.

Por lo que el más bajo sabe, Ronald era un alfa amable y bueno como Theo. Así que por eso Harry se siente tranquilo de tenerlo cerca. Sus ojos son azules claros, su cabello es pelirrojo, y su piel pálida. Tiene la cara bien marcada pero sus facciones de chiquillo no se pierden.

—Buenas tardes, Harry. Mira, la profesora Minerva te envía esto— le entrega un papel bien doblado. —Si aceptas, debes firmar ahí, en la línea de abajo.

Harry la abre y es una nota, donde la maestra le pide de favor al omega darle asesorías a Ron de álgebra. Harry tuerce sus labios, mirando el rostro esperanzado del pelirrojo.

—¿Qué tanto lo necesitas? — Muerde su hot dog y habla con la boca llena.

—Bastante. Éste no ha sido mi mejor semestre.

—¿Cuál es la calificación de tu último examen? — Se apoya en una pierna, mirándole fijamente.

—Un... 25 de 100.

—Estás jodido.

—Gracias — se ríe. —¿Entonces?.

—Está bien, lo haré. Ehh... — se mueve, buscando donde dejar su comida. —Detenme esto un momento.

—Claro — el chico lo toma, sonriendo

—¿Tienes un lapicero?

Ron asiente, buscando en el bolsillo de su mochila. Saca uno de tinta negra y se lo pasa a Harry. Mira como el omega firma con dificultad, apoyando en su pequeña mano.

—¿Es todo? —Toma de vuelta su comida y pone una mano en su vientre. Sólo quiere llegar a casa y dormir.

—Ajá — mueve su cabeza de arriba a abajo, luego sonríe viendo el marcado vientre de Harry. —¡Wow! Está creciendo. Jamás pensé que Draco llegaría a tener bebés. La tía Cissy está furiosa.

Harry tuerce los labios. Lo sabía, porque el día que Draco le dijo a su madre él estuvo ahí. Y lo trató como la peor basura del mundo. Dijo que era una omega fácil y aprovechado.

—Créeme que lo sé — muerde el último pedazo de la salchicha.

— Pero tranquilo, Lucius está feliz de que su hijo haya encontrado a su omega.

El azabache asiente con media sonrisa. Harry no conoce al padre de Draco pero sabe que es omega como él, tal vez eso lo hace un poco más comprensivo.

Harry oye un gruñido desde atrás y un brazo pasa por su cintura. Mira a un lado y es Draco, con el ceño fruncido. Ya no huele más a hierbabuena. Ahora es un olor que apesta y no sabe descifrar.

—¿No deberías estar en clase? — El alfa platinado le pregunta a su primo, apretando la piel que sobresale de la cintura de Harry.

—Horas libres, primo —sonríe grande. —Estaba platicando con Harry sobre mis asesorías.

Ven aquí y ámame - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora