Capítulo 8

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Aún tenía tiempo antes de encontrarme con Charlie, así que decidí dirigirme al planetario para ver si tendrían algún taller o plática a la que pudiera apuntarme.

Recuerdo haber ido hace varios años con mi tío Joshua, a pesar de que no hablábamos mucho, nos conectabamos en otros niveles. Él es prácticamente mi papá y el lenguaje de las estrellas era uno que definitivamente compartimos.

A los once años, él compró mi primer telescopio y me maravillé con los cráteres de la luna, pasaba horas observando. Recuerdo un día que lo desvíe un poco y pude observar o al menos eso pienso, una estrella. Parecía una bola llena de corrientes eléctricas de todos los colores, no pude apartar mi mirada y algo en mi corazón hizo click, como si esa noche, aquella estrella y yo hubiéramos hecho una promesa, la promesa de encontrarnos de nuevo.

No sé qué le pasó a mi telescopio, debe estar guardado en algún lugar. En mi mente, puedo recordarlo con todos sus detalles. Era azul marino y tenía una estampa de un arcoiris que le había puesto para "marcarlo" daría lo que fuera para volverlo a ver.

Vaya que habían actualizado el lugar, todo se veía perfectamente armonioso y tecnológico, me sentía como si estuviera a punto de entrar a la base de la NASA o Space Mountain en Disney.

Seguí caminando y apreciando cada detalle, pantallas donde se encontraban videos de nebulosas, el primer agujero negro fotografiado, estrellas, saturno... todo estaba

ahí. El piso tenía destellos y parecía como si estuvieras caminando sobre el espacio. Había mucha gente, era domingo y el lugar estaba lleno de niños con sus padres, era fantástico ver sus caras de asombro con todo lo que podías encontrar ahí. Me recordó a mi primo viendo las estrellas en su armario, aunque claro esas estrellas no se parecían nada a lo que puedes ver aquí, le gustaría mucho venir.

Mientras buscaba a alguien con quien pudiera hablar, noté que había un cuarto semi abierto, pero nadie entraba. Me causó mucha curiosidad, así que observé a los lados para asegurar que no hubiera nadie viéndome y entré.

Wow, esto es realmente enorme. Todo estaba oscuro excepto al fondo que brillaba una luz azul intensa, gracias a eso, podía ver algunas formas de los objetos que estaban ahí, había asientos estilo puffs distribuidos por todo el lugar, algunas paredes falsas que iban desde el techo hasta el piso. Eran gigantescas y el piso era como un espejo color negro infinito. Todo parecía incompleto.

– No debería de estar aquí – Se escuchó una voz masculina con Eco
– Disculpe, estaba buscando a una persona y vi este cuarto, pensé que...
– Entonces eres curiosa
– ¿Qué? ¿Curiosa? – Por más que volteaba no podía ver de donde provenía la voz. Hasta que la sentí justo atrás de mí y di un brinco

Entiendo. Disculpe, tiene razón, me dio curiosidad y solo quería pedir informes, esperaba encontrar a alguien que trabaje aquí para hacerle unas preguntas, pero ya

me voy – Balbuceaba mientras sentía la adrenalina de no poder reconocer quien me estaba hablando.

– Tranquila, Tranquila, por suerte no está el vigilante, el si que se pone pesado con lo curiosos – Se acercaba a mí

La luz azul iluminó a aquella figura y pude ver a un chico, algo más joven que yo, con el cabello color miel, lacio, tenía ojos cafés y una nariz muy fina

– Me llamo Liam y aún soy muy joven para que me hables de usted

– Mucho gusto Liam, no me lleves a la cárcel por favor

– No eres de meterte en problemas, ¿verdad? – Dijo en tono burlón

– Debes dejar de ponerme etiquetas, primero curiosa y ahora abuela – Le respondí más entrada en confianza

Viaje a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora